Calificación: ***. País: España, 2020. Guion y dirección: Pilar Palomero. Fotografía: Daniela Cajías. Música: Carlos Naya Intérpretes: Andrea Fandos, Natalia de Molina, Mercé Mariné, Zoe Arnao, Francesca Piñón, Carlota Gurpegui, Ainara Nieto, Alvaro de Paz, Julia Sierra, Elisa Martínez, Eva Magaña. Duración: 97 minutos

Nos presenta a una nueva realizadora española, la aragonesa Pilar Palomero, que ha conseguido llamar la atención de público y crítica con una opera prima que denota una madurez considerable a la hora de acercarse a la realidad española de la década de los noventa. Prueba de ello es que conquistó en el Festival de Málaga la Biznaga de Oro al mejor largometraje, algo infrecuente en un cineasta debutante.

Es cierto que la película padece algún signo de crisis que afecta en ligera medida al ritmo, pero estamos ante una cinta con una capacidad de visión y de recreación de una época más que ostensible que se introduce con los recursos idóneos en una España, la de los días de la Expo de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona, que mira ya al futuro.

Con una impecable utilización de las actrices, que componen la práctica totalidad del reparto, Palomero se vale de tres personajes, especialmente de la adolescente protagonista, una Celia de 11 años que trata de abrirse un futuro mejor; de su madre, una viuda todavía muy joven y de Brisa, la mejor amiga del colegio. Un contexto duro y muy supeditado todavía a los factores religiosos, con una mayoría de monjas ejerciendo de profesores. Es un mundo austero en el que la verdad y la mentira se abren paso con evidentes dificultades. Los problemas que emergen con más fuerza son los sexuales, que todavía no han estallado pero que dejan muestras de su poder, como lo demuestra la curiosidad que despierta el preservativo que cae en manos de las niñas.

También es relevante la descripción que se efectúa de unas colegialas que se encuentran en un momento decisivo de sus vidas, cuando están dejando de ser niñas para convertirse en mujeres. Son virtudes que no pasan inadvertidas y que impiden que la realidad que se nos muestra, aunque deje algún cabo suelto en el plano familiar de Celia, no pierda su vitalidad.