Llega Semana Santa y con ella algunos días libres en los que poder hacer una escapada con la familia o amigos. La geografía española está cargada de pueblos y aldeas 100% visitables y cargadas de encanto. Son muchos los lugares a los que ir a pasar unos días para cargarse de historia y buen comer.

Con el ansia de poder disfrutar de unos días de asueto y viaje sin restricciones tras dos años de pandemia, te proponemos algunos de los pueblos más bonitos de España para hacer una escapada. Apunta.

Combarro, Pontevedra

Esta localidad gallega se extiende por la orilla de la ría de Pontevedra, destaca por su bello patrimonio histórico, plagado de hórreos y cruceiros que sin duda merecen una visita. Este pueblo cuenta con 1.819 habitantes y es uno de los destinos más bonitos y tranquilos para pasar unos días.

Santillana del Mar, Cantabria

Santillana del Mar. ShutterStock

Este pueblo de Cantabria resalta por su belleza medieval y patrimonio histórico y arquitectónico. La plaza mayor o la colegiata de Santa Juliana es una muestra de ello. También la réplica y museo de las cuevas de Altamira. Es conocida como la villa de las tres mentiras, pues no es santa, ni es llana, ni tiene mar.

Cerca de Santillana del Mar hay otros lugares dignos de visita como Bárcena Mayor, Comillas, San Vicente de la Barquera o las famosas cuevas del Soplao.

Aracena, Huelva

Aracena. ShutterStock

Aracena es una hermosa localidad del norte de la provincia de Huelva, enclavada en pleno Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Se trata de un importante lugar turístico por su patrimonio histórico, su naturaleza y el archiconocido jamón de Jabugo, producido en la zona. El centro histórico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1991 por su importante patrimonio. Los imprescindibles: la entrada a su castillo, a la Gruta de las Maravillas y al Museo del Jamón.

Lastres, Asturias

Lastres. ShutterStock

Elegir un solo lugar de Asturias es casi imposible. Su naturaleza indómita, el encanto de sus lugareños, el eterno verde y la comida enamoran a cualquiera. Lastres es uno de esos pueblos imprescindibles en la comunidad. La villa marinera está enclavada en un monte mirando al mar. Su conjunto histórico, el puerto y la playa del Astilleru conforman este lugar, donde se pueden encontrar huellas de dinosaurios. Es más, el Museo Jurásico de Asturias no queda muy lejos.

Castell de Guadalest, Alicante

Castell de Guadalet. ShutterStock

Esta pequeña villa de Alicante parece brotar de las mismas rocas del valle, y tiene como telón de fondo el pantano de Guadalest. Está dividido en dos barrios, ambos unidos por un túnel que comunica la parte baja con la alta. Aquí podrá ascender al castillo de la Alcozaiba, el de San José, así como la casa Orduña y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Sin duda, uno de los pueblos de montaña que ofrecen mejores vistas.

Albarracín, Teruel

Albarracín. ShutterStock

Albarracín, en Teruel, es uno de esos pueblos que no deja indiferente a nadie. La plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, es un buen lugar para comenzar la visita por este pintoresco pueblo, que alberga un buen número de monumentos y museos interesantes, como la catedral, las iglesias de Santiago y Santa María, la Casa-Museo Noble de la familia Pérez y Toyuela, el Museo Municipal y el Museo Diocesano.

Elizondo, Navarra

Elizondo. ShutterStock

Esta localidad navarra del Valle del Baztán ha sido protagonista de novelas -las de Dolores Redondo- y también es reclamo de visitantes y turistas. Enmarcado en un privilegiado entorno,  se extiende mostrando lo mejor de la arquitectura rural, y también señorial, de la Comunidad Foral. Así, Elizondo se distingue por un conjunto de caseríos y palacetes repleto de grandes balcones que enamorarán al turista. Tanto el pueblo, como su entorno, son fabulosos, además de encontrarse muy cerca del Parque Natural Señorío de Bértiz y de la cascada Xorroxin.

Pals, Girona

Pals. Spain, Girona, Pals, August 2017

El municipio de Vals, en la Costa Brava, es uno de los más bonitos de la zona. Con una población cercana a los 2500 habitantes, esta pequeña villa medieval suele recibir un buen número de turistas cada fin de semana. Aunque no tiene monumentos o museos de gran renombre, sus preciosas calles empedradas, sus murallas y sus edificios góticos son un reclamo más que suficiente para justificar una visita.

Ronda, Málaga

Ronda. Shutterstock

Ronda es la tercera localidad más visitada de Andalucía y no es para menos. Su belleza pintoresca e historia hacen del lugar todo un reclama para turistas y curiosos. Por la población han pasado celtas –fundaron lo que fue el germen de la ciudad, entonces llamada Arunda, en el siglo VI a.C.-, fenicios, romanos, árabes y, finalmente, cristianos, quienes reconquistarían Ronda liderados por los Reyes Católicos en 1485. Dividida en tres barrios, merece la pena visitarla y perderse entre murallas árabes, iglesias o castillos.

Moraira, Alicante

Moraira. ShutterStock

Teulada-Moraira es una localidad alicantina dividida en dos núcleos de población: Teulada, en el interior, y Moraira en la costa. La iglesia-fortaleza de Santa Catalina y la Sala de Jurados y Justicias son sus principales reclamos, al igual que la torre vigía del Cap d’Or, construida para controlar la llegada de piratas berberiscos, y un lugar perfecto para contemplar la puesta de sol. Otra de las cosas que no puede perderse es disfrutar de un baño en el mar. El Portet es una de las mejores playas de la Costa Blanca.