Muchas veces, el mejor regalo que se puede hacer a la persona que se ama en San Valentín es pasar tiempo de calidad juntos. Y para eso es una opción ideal hacer una escapada a un pueblo perdido. Y, de hecho, si no llegase la cobertura móvil, mejor aún. Pero, lamentablemente, eso hoy en día es una tarea complicada.

Por eso, un fin de semana en plena naturaleza es la alternativa ideal. Para ello, aquí seleccionamos cuatro enclaves preciosos de la geografía española para disfrutar del amor.

Taramundi (Asturias)

En el corazón de la montaña asturiana, este pueblo de cuento se caracteriza por el verde de su frondosa vegetación y el azul del agua que atraviesa sus calles. La mejor forma de llegar es en coche desde Oviedo o Gijón, los lugares de estancia más habituales de los turistas que visitan Asturias. Desde la capital son 158 kilómetros y algo menos de dos horas en coche. Desde Gijón se tarda algo menos: una hora y tres cuartos para completar 154 kilómetros. Ahí se puede disfrutar de inigualables paseos por la naturaleza, rutas a caballo o contemplar yacimientos milenarios.

Pampaneira (Granada)

A poco más de una hora en coche de la capital de la provincia, Pampaneira es conocida como la joya de la Alpujarra. Su nombre tiene su origen en una palabra latina que significa 'productor de hojas de parra'. Sus calles empedradas, estrechas y empinadas decoradas con sus telares y los productos de las tiendas de artesanía local contrastan con sus casas blancas. Actualmente, en su padrón constan tan solo 350 habitantes. Pese a ello, esto no merma su rica vida cultural, y siempre tiene en programa alguna exposición o algún festival.

Riaño (León)

En redes presumen de sus 'fiordos leoneses', y no es para menos. Ubicado en plena Cordillera Cantábrica, el pueblo nuevo se ubica en la orilla de un pantano que en la época de Franco inundó las antiguas viviendas. No solo de Riaño, sino de otros ocho pueblos más. Toda una catástrofe medioambiental de la que los vecinos aún no se han recuperado. En esta localidad está el que muchos consideran como el banco más bonito de León, desde el que se tienen unas vistas excepcionales del entorno natural.

Trujillo (Cáceres)

Se tarda una hora y media en llegar desde Madrid hasta Trujillo. Y de Cáceres está a poco más de media hora. Es uno de los mayores tesoros de Extremadura. La tierra que vio nacer al conquistador Francisco Pizarro presume de un castillo imponente y una de las plazas más bellas de toda la geografía española. Gran parte de culpa la tienen el Palacio del Marqués de la Conquista o el Palacio de Carvajal Vargas. Tampoco desmerece la iglesia de San Martín. Sus terrazas se llenan en primavera y en otoño, y también en verano cuando cae el sol.

Teguise (Lanzarote)

También es posible hacer turismo rural en las islas Canarias. Opciones hay multitud, pero, de quedarse con una, una alternativa con la que es imposible fallar en Teguise. Sobre todo si en la estancia coincide un domingo, ya que ese día se celebra semanalmente uno de los mercados con más prestigio. Este pueblo está ubicado en pleno corazón de Lanzarote y sus casas blancas contrastan con la lava que decora el paisaje. Esta ubicación también es ideal para visitar otros paisajes legendarios de la isla del fuego: el punto más lejano está a solo 40 minutos en coche.