Sigue la gira «Grandes éxitos» después de pasar por Madrid y Barcelona. ¿Todo bien por allá?

La verdad es que venimos de Barcelona tan bien que seguramente repetiremos el año que viene. Han sido diez días con el teatro abarrotado, en pleno verano. Barcelona ya nos fue muy bien con la otra función y en esta la acogida ha sido espectacular.

¿Mejor que en Madrid?

En Madrid luchamos contra un montón de cosas negativas, como actuar los lunes, que es un día muy raro, con un invierno terrible. Yo veía los informativos y a la gente le recomendaban que no saliera de sus casas si no era estrictamente necesario. Al final acabamos colgado el cartel de no hay localidades, con lo cual la alegría también fue tremenda.

¿Qué diferencia al Jorge Javier Vázquez de su debut en el teatro con esta segunda obra?

Esta permite que me lo pase mucho mejor que la otra. Lo hablo con Juan Carlos Rubio, que también era el director de Iba en serio, y ahora que la vemos en perspectiva era una obra dura. Se trataban temas como la muerte, el paso del tiempo, la poca comunicación con los padres€ Yo me lo pasaba muy bien haciéndola, porque era mi primera incursión en el teatro, pero salía muy tocado. Esta es todo lo contrario, es una explosión total de diversión, con sus momentos emotivos y con la incorporación de cuatro músicos en directo, que es algo que le da al espectáculo un plus importante.

¿Es difícil para usted, que no es cantante profesional, salir en directo a un escenario con una banda?

Sí, pero tanto Juan Carlos como el director Julio Aguar me proponen retos que yo pueda asumir, y a mí me gusta sentirme muy protegido. De este espectáculo se podrá decir de todo menos que es pretencioso. Yo salgo al escenario haciendo cosas que puedo defender, pero no por encima de nuestras posibilidades.

¿Se siente una estrella de la canción?

Para mí es muy emocionante. Cuando hicimos la primera prueba de sonido con los músicos se viven de verdad sensaciones muy potentes. Y el público sale del espectáculo con unas ganas de marcha tremendas.

He leído que, entre otros, canta a Nino Bravo...

No, pero hay un momento de improvisación en el que le digo al público que me pida lo que quiera que yo lo voy a cantar, y una de ellas es Libre, de Nino Bravo. ¿Quién no lleva un Nino Bravo dentro?

Ojo que aquí a Nino Bravo no lo puede imitar cualquiera...

Entonces no me arriesgaré. Iré más por Concha Piquer.

Casi peor ¿Qué tiene esta obra de capricho personal suyo?

No creo que tenga mucho. Es un deseo de seguir arriesgando, de seguir probándome. Yo creo que capricho tiene una connotación negativa. Si tuviera algo saldría yo sólo al escenario a dar la tabarra durante hora y cuarto.

¿Y qué parte del éxito tiene que ver con que usted sea una estrella de la televisión?

Yo sé perfectamente que la gente viene a verme porque me ve por la tele. Pero tú puedes engañar al público la primera semana. Si no presentas un espectáculo potente, por mucho que te hayan visto en la tele la gente saldrá defraudada. Y aquí el nivel de satisfacción es muy alto. Sé que hay mucha gente que acude por primera vez a un teatro para verme, y a mí me resulta maravilloso. Pero aunque sea la primera vez que acude a un teatro, no dejan de saber cuándo le gusta o se aburren como ostras.

¿Sale el espectador sorprendido con usted?

Yo creo que sí. Me gusta que mi equipo me cuente los comentarios, y parece que la gente sí se sorprende de lo que ve. Una de las cosas que más me gusta son los señores que han venido arrastras por sus señoras, y luego se lo pasan mejor.

Me da que eso también pasa con «Sálvame»...

Eso como yo no los veo, no te lo puedo decir.

El personaje que usted interpreta, que es Jorge Javier Vázquez, es una persona llena de ego y orgullo. ¿Ha tenido el autor que tirar mucho de imaginación?

Yo creo que ha cogido cosas mías y las ha multiplicado por 15. Las ha potenciado para hacer ese personaje que soy yo pero que no tiene nada que ver conmigo. Se produce una cosa extraña que yo, Jorge Javier Vázquez, interpreto a un Jorge Javier Vázquez que no tiene nada que ver conmigo.

¿Actúa más en la tele o en el teatro?

En la tele se actúa poco, creo. Haces tantas horas que al final acabas descubriendo tu personalidad. Y malo sería si al final no la descubrieras, porque si no, no sería posible conectar con el público. Uno tiene que mostrarse tal y como es, porque el mundo impostado al final el público lo detecta y se cansa.

¿Y usted no se cansa de mostrarse tantas horas seguidas tal y cómo es?

Es que este trabajo tiene mucho de esquizofrénico. Haces este trabajo para que la gente te vea y luego te pasas el resto de la vida intentando esconderte.

¿Encontrar como usted una pasión pasados los 40, aunque sea la del teatro, es peligroso?

No, al contrario. Lo que hace es revitalizarte y sentirte más joven. Además, creo que está muy bien empezar de cero en una profesión porque te mantiene vivo. Tener que aprender te obliga a estar atento y a no dormirte.

¿Qué opina de los que se quejan de intrusismo laboral?

Ay, ay, qué poco se quejan los camareros de los actores que presumen que han sido camareros...

¿Entiende a los que hablan mal de la obra por el hecho de que usted sea una estrella de la tele?

Yo creo que todos tenemos prejuicios. Y luego en cada uno está luchar contra ellos o no. Yo soy muy curioso y pienso que si yo no fuera Jorge Javier Vázquez tendría curiosidad de ir a ver qué hace ese señor que hace tantas horas de tele.

¿Si pudiera elegir dejaría la tele para centrarse en el teatro?

(Duda durante unos segundos) Yo creo que no, yo creo que no. A mí la televisión me lo ha dado todo.

¿Y aún le puede dar más?

Eso depende de cómo te enfrentes a tu trabajo. Puedes hacerlo como siempre o puedes intentar exigirte cada día un poco más. Lo bueno que hay en este trabajo, que tiene un punto artístico, es que te pones a prueba a ti mismo.

Hace un par de fallas hubo quién se enfadó bastante cuando salió disfrazado de fallera. ¿Teme que se lo recriminen cuando lo vean en el Olympia?

Supongo que no. Yo es que esas cosas las hago con muchísimo cariño. ¿Quién no se ha querido vestir de fallera? No sé.

Después de cortar con su pareja dijo que este sería su verano más loco. ¿Está cumpliendo las expectativas?

Nada, nada absolutamente nada.

De vez en cuando un poco de tranquilidad viene bien...

R Bueno, no sé yo.