La visita de seis de los aprendices de la edición anterior de Maestros de la Costura y la visita a la aldea del Rocío han llenado de alegría y buen humor el taller que, por primera vez, no ha eliminado a ningún concursante y eso sí que ha sido una fiesta.

Las espadas están en todo lo alto y las estrategias también y desde el principio Lluís estaba en el foco de la atención de todos sus compañeros. Su gesto, su autosuficiencia y la convivencia no le han favorecido.

Pero si algo ha llamado la atención durante la última prueba del programa ha sido el vestuario de los jueces, que se han vestido con prendas confeccionadas entre ellos. Caprile diseñó un traje, entre corsario y caballero, para Palomo cuajado de chorreras; María Escoté lucía un mono creado por Alejandro Palomo y Caprile vestía un floreado traje en rosa, muy alejado de su estilo habitual, de María Escoté.

Con la intención de resaltar el auge de la moda masculina, durante la primera prueba, acudió al programa Jaime Álvarez, director creativo de Mans y ganador del prestigioso premio Who’s on Next 2020. Llevó un ejercicio de descontextualización de la americana clásica, ya que el reto era confeccionar una prenda masculina de lujo a medida, con tejidos y costura impecables, que los actuales aprendices cosieron junto a uno de los exconcursantes de visita: La Brava, Begoña, Margarita, Borja, Fran y David.

La prueba volvió a poner en evidencia, aunque esta vez entre risas, la disparidad de criterios entre Lorenzo Caprile y Lluís, que estaba convencido de que su chaqueta iba a coronarse como la mejor. Caprile, sin embargo, alabó el gusto de Ancor por haber elegido un terciopelo granate para la prueba, "un tejido que es un caramelo envenenado", advirtió el modista, que, sin embargo, le llevó a ganar la prueba.

Para la segunda prueba, el objetivo era diseñar moda flamenca, uno de los sectores dentro del diseño de moda que más está notando la crisis derivada por la pandemia. La modelo Laura Sánchez, directora de una de las pasarelas de moda más reconocidas "We love flamenco", acudió a la prueba de grupo para alentar a los aprendices a confeccionar un traje de rociera.

María Escoté resaltó la feminidad de los trajes de flamenca, que "se ajustan a la silueta femenina", y recordó que mujeres como Ava Gardner y Grace Kelly los lucieron durante su visita a España. Lunares, volantes y mucho color han dado ritmo a la prueba en la que los aprendices se han encomendado a la virgen del Rocío y hasta se han arrancado a cantar la salve rociera, para conseguir superarla y así no pasar a la prueba de eliminación, una prueba en la que la tensión aumentó ante el mareo que sufrió Ancor, provocado por la presión, que le impidió escuchar el veredicto.

Ninguno de los dos grupos supo colocar los volantes de la falda para que resultara con la gracia y movimiento que caracteriza estos trajes pero, pese a los fallos, Ancor, Mily y Laura lograron pasar al programa siguiente.

Sin embargo, Yelimar, Lluís y Gabriel tuvieron que batirse en la prueba de expulsión, que consistió en la confección de un bolso supervisado por Marcela Vélez-Osorno, diseñadora de M2Malletier, un referente en este complemento. Para regocijo de los aprendices, Boris Izaguirre visitó el taller con una colección de bolsos de mano "el accesorio perfecto aunque no tengas nada que llevar", ha dicho el escritor.

Mily fue la encargada de elegir los materiales para sus compañeros y, claramente, perjudicó a Lluís al asignarle el tejido, una decisión que dolió al concursante, que vio en ello una muestra interesada que le llevaría a la expulsión, aunque gracias a su buen trabajo no consiguió su fin.

Para sorpresa de todos, ningún concursante resultó eliminado, la primera vez que los jueces llegan a esa decisión en el "talent".