Por las entrevistas que se han publicado en las últimas semanas, a Julia Roberts no le gusta mucho que se diga que 'Homecoming', su último trabajo para Amazon, es una serie de televisión. Ella lo ve más como una película (de cinco horas de duración eso sí). Pese a que no vamos a verla en pantalla grande, lo que no discutiremos es que hay escenas de 'Homecoming' que son cine puro. Planos secuencias de quitarse el sombrero, duelos interpretativos muy intensos y una banda sonora que nos lleva al mejor cine de los 70. El trabajo de Julia Roberts en 'Homecoming' ya está en muchas quinielas de lo mejor del año y seguramente se llevará alguna que otra estatuilla a su casa (no, no será un Oscar). Películas que son series, series que son películas, híbridos que no son ni una cosa ni la otra... El formato es lo de menos. Lo que importa es que haya una buena historia detrás. Lo curioso es que no es una película o un libro lo que ha inspirado 'Homecoming'. La historia original nació en un podcast creado por Eli Horowitz y Micah Bloomberg, que ha sido materializado en imágenes por Sam Esmail ('Mr. Robot'), que se ha dejado influir por los mejores. Un toque de Alfred Hitchcock, aderezado con Brian de Palma, Sidney Lumet, Alan J. Pakula, Francis Ford Coppola y Sidney Polak. Casi nada.

La historia tiene el estilo de grandes películas del cine de conspiraciones, como 'La conversación' y 'Los tres días del condor'. Los seguidores de 'Mr. Robot' ya están familiarizados con el gusto de su creador por las teorías conspiranoides. La propia Julia Roberts tampoco es ajena al género, ya que uno de sus taquillazos durante los 90 fue 'El informe pelícano'. ¿Es causal o premeditado que esta ave tenga un papel decisivo en el giro final de la trama y cuándo se empiezan a atar todos los cabos? 'Homecoming' es una historia de conspiraciones gubernamentales que se desarrolla en un misterioso programa para preparar a los soldados que vuelven del frente para adaptarse a la vida civil. La serie se desarrolla en dos líneas temporales: una tiene lugar en 2018, cuando el programa empezaba a implantarse y Heidi Bergman (el personaje que interpreta Roberts) se une a él como asistente social y terapeuta; y la otra en el futuro, en 2022, cuando se inicia una investigación y Bergman vive apartada de la iniciativa, con un trabajo como camarera.

La conspiración se desarrolla en el seno de una mastodóntica Administración, en la que la mano izquierda no sabe lo que hace la mano derecha. Una persona mediocre y que no destaque demasiado podrá llegar lejos si no se hace notar mucho. Los conspiradores saben que pueden contar con gente que les obedecerá ciegamente por haberles puesto dónde están. Claro que también puede salir algún que otro rebelde que se resiste a la orden de mirar hacia otro lado. Modestos funcionarios que pueden rebuscar la verdad entre toneladas de expedientes enterrados en un gigantesco cuarto oscuro, del tipo de 'En busca del arca perdida', con una iluminación nefasta y goteras cayendo del techo. Es el caso del funcionario Thomas Carrasco (Shea Whigham) que empieza a investigar el programa 'Homecoming' a raíz que llegue a sus manos una queja de uno de sus participantes ¡cuatro años después!

La burocracia es lenta pero impacable una vez que todos sus mecanismos se ponen en marcha. La decisión de Carrasco consiste en si pone en marcha esa rueda o no. Cuando, la queja llega a sus manos, la primera persona a la que irá a ver será a Heidi Bergman, que trabaja como camarera y no tiene ni idea de las personas por las que el investigador le está preguntando. Una de las primeras preguntas que vienen a la mente de uno es ¿está Julia Roberts en el bando de los conspiradores? Al fin y al cabo, es muy raro que alguien que acaba de sacarse el título sea contratada para ponerse al frente del programa, a no ser que lo que se pretenda es comprar su silencio. El que abra la boca, lo perderá todo. Y es que la situación no deja de recordar a la de Saul Goodman en 'Better call Saul' en todas esas escenas ambientadas en el futuro, en el que el marrullero abogado vive una existencia gris escondido del mundo con una identidad nueva y trabajando en un restaurante de comida rápida. El espectador irá descubriendo "la verdad" a medida que Carrasco avanza en sus pesquisas.

Aquel que acuda a 'Homecoming' pensando que se va a encontrar con un nuevo El informe pelícano, posiblemente se va a decepcionar. En ella no hay persecuciones trepidantes, ni alocados y frenéticos giros de guión. Es una historia de atmósferas que se cuece a fuego lento hasta que estallan toda esa tensión psicológica que estaba enterrada. Buena parte de la trama se desarrolla en interiores con escenas de conversaciones entre los actores. A veces la tensión no es tanto lo que pasa, como lo que no está pasando. Desde el primer momento, tenemos muy claro que en 'Homecoming' nada es lo que parece y que no es ese paradisiaco lugar de Florida en el que creen estar los soldados. No hay perderse los títulos de crédito finales de cada episodio, si hablamos de creación de atmósferas. Por cierto que en el capítulo final hay escena poscréditos, así que no hay que dar al Stop tan a la ligera. Diez capítulos de una media hora de duración cada uno, que casi se pueden ver de una sentada. La media hora de duración ya no queda relegado solo para las telecomedias. Completan el reparto Stephan James, como el soldado Walter Cruz con el que Heidi se implica emocionalmente; Bobby Cannavale (protagonista de la fallida 'Vinyl') como el villano de turno y jefe del progama; y Sissy Spacek, veterana actriz que en los últimos años se está prodigando sin complejos en la pequeña pantalla, interviniendo en series como Bloodline o Castle Rock.

La serie tiene ya garantizada una segunda temporada. No sabemos todavía si será con el mismo reparto, pero en el último episodio ya se deslizan un número suficiente de cabos sueltos que apunta a que hay nuevos aspectos de la historia que contar. ¿Repetirá Julia Roberts? ¿Será una segunda temporada o una secuela?