Está muy bien eso del escapismo, pero también puede ser emocionante encontrar una serie en la que vernos reflejados y quizá incluso explicados. Una que lidie con las cosas con las que vivimos: trabajo, amor, sexo, dinero, hijos. Y a ser posible, de la forma más franca. No son demasiadas, así que cuando llegan saben un poco a milagro: 'Secretos de un matrimonio', 'Conversaciones entre amigos' o, ahora, 'Fleishman está en apuros' (Disney+, miércoles, día 22), quizá la peor serie para ver si estás pensando en casarte y formar una familia. 

La antes más conocida como periodista Taffy Brodesser-Akner, autora de emblemáticos perfiles de famosos para 'GQ' y después 'The New York Times', volcó todas sus neurosis de la mediana edad en una ingeniosa novela de 2019 que ella misma quiso convertir en serie. Protectora con su criatura, conserva la voz de la narradora y ese arranque tan brillante como engañoso: "Toby Fleishman se despertó una mañana en la ciudad que había sido su hogar durante toda su vida de adulto. De pronto, se encontraba rodeado de mujeres que lo deseaban. Y no solo cualquier tipo de mujer, sino mujeres decididas e independientes, que sabían lo que querían"

Toby (Jesse Eisenberg, el Zuckerberg de 'La red social') es un hepatólogo judío que, recién divorciado de la agente de talentos Rachel (Claire Danes), madre de sus hijos, se ha adentrado no sin cierto vértigo en el mundo de las citas online. Una mañana despierta con un mensaje inesperado de su exmujer: se ha ido a pasar unos días a un centro de yoga y le ha dejado a los niños antes de lo estipulado. Es el último desafío de una mujer pintada por un narcisista como una narcisista todavía peor. Libro y serie siguen estos momentos de apuros para Fleishman al tiempo que explican, a través de flashbacks, cómo se acabó el matrimonio.

Hacia ellas a través de él

¿Cómo? ¿Otra crisis de la mediana edad masculina? Sí y no. El tema es que, como se dice en la novela, quizás "la única forma de que alguien escuche a una mujer es contar su historia a través de un hombre". Quien utiliza a Toby para hablar (reaciamente) sobre ella misma es Libby (Lizzy Caplan), su antigua mejor amiga y el vértice femenino de una pandilla salvaje que completaba el seductor en serie Seth (Adam Brody). La boda de Toby y Rachel les separó; con su divorcio, se juntan otra vez para diálogos de ocho minutos que no se hacen largos.

Así en el libro como en la serie, Brodesser-Akner sabe colarse en la psique masculina heterosexual –a veces las palabras parecen robadas a Philip Roth–, pero al final está hablando también, o sobre todo, de mujeres. Mujeres tan diferentes como Rachel, que no pide perdón por querer dinero, por querer ser parte de la clase más afluente de Manhattan, y Libby, que dejó sus ambiciones periodísticas para ser ama de casa en un barrio residencial. Tan lejanas y, a la vez, tan cercanas, porque comparten sus sentimientos ambivalentes sobre la crianza de los hijos; el miedo a ser definidas como madres o esposas antes que como entidades en sí mismas, o las pequeñas y grandes decepciones de ser adultas. La crisis de la mediana edad femenina también existe.

Retrato de contrastes discordantes 

Tiene toda la lógica del mundo que una serie en la que se cruzan perspectivas femeninas y masculinas esté dirigida, sobre todo, por dúos de mujer y hombre: Valerie Faris y Jonathan Dayton ('Pequeña Miss Sunshine') y Shari Springer Berman y Robert Pulcini ('American splendor'), en ambos casos parejas creativas que son además matrimonio y, por tanto, saben lo que están contando.

Aunque quizá no se atrevan a decirlo en público, las comedias dramáticas manhattanitas de Woody Allen parecen su referencia principal. La diferencia estriba en que los personajes de 'Fleishman' viven en el siglo XXI (o 2016, para ser precisos) y usan los móviles para algo más que para llamar. También en un atrevido juego entre tonos que puede encadenar una tristísima escena de despedida ("creo que deberíamos divorciarnos") con la imagen de Toby masturbándose fríamente con fotos de otras mujeres. La vida en su chirriante esplendor