Borja Vivas ha sido padre de su primer hijo casi al mismo tiempo que participaba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, esta tarde de jueves, hora española. El atleta malagueño estrena de esta manera paternidad, una gran noticia después de haber quedado a las puertas de la final de peso olímpica, tras un mejor lanzamiento de 20,25, 15 centímetros menos de lo necesario para luchar por las medallas.

Vivas, subcampeón de Europa en 2014, competía en el grupo A con la misión de clasificarse entre los 12 mejores, puesto que la marca de acceso automático a la final era exigente (20,65).

Para el malagueño, siete veces campeón de España al aire libre y otras tantas en pista cubierta, los de Río son sus segundos Juegos. En Londres 2012 quedó fuera con un mejor tiro de 18,88 y venía de ser octavo en los Europeos de Amsterdam, el mes pasado.

Comenzó con 19,62 y mejoró hasta los 20,25 en el segundo turno que le situaron en el puesto 12 provisional del sumario, el último que clasificaba para la final, pero iba a necesitar más, si quería meterse en la final.

Cuando se situó en el círculo para ejecutar su último lanzamiento, Vivas tenía que lanzar más de 20,40, pero se quedó en 20,21, una marca que le dejaba decimocuarto en el conjunto de los dos grupos.

El otro español en el concurso, Carlos Tobalina debutaba en unos Juegos después de una temporada entre algodones, pendiente de su vieja lesión en un gemelo. El cántabro llegaba con una marca de 20,50 pero no logró superar los 20. Abrió con 19,98, continuó con 19,81 y dijo adiós a los Juegos con un nulo, decimoséptimo en el ránking general.

La competición fue dominada por el estadounidense Ryan Crouser, que obtuvo el lanzamiento más largo de la historia en una ronda de clasificación olímpica, con 21.59 en su primer tiro.

La final de peso se disputará esta misma tarde a las 20.30 horas locales (1.30 del viernes en España).