Olímipicos y sostenibles

Las medallas de los Juegos de Tokio está hechas con teléfonos móviles y ordenadores reciclados

El material procede de 79.000 toneladas de dispositivos desechados por instituciones y ciudadanos japoneses en el marco de una campaña que ha durado nueve meses - También son reciclados los pásticos, así como el aluminio de los símbolos olímpicos procedente de las viviendas provisionales erigidas tras el terremoto del este de Japón de 2011

La primera medallistas de los Juegos de Tokio, la tiradora de rifle china Yang Qian.

La primera medallistas de los Juegos de Tokio, la tiradora de rifle china Yang Qian.

Xavier Pérez

Seguramente los Juegos Olímpicos de Tokio, los de 2020 aunque se celebren en 2021 por culpa de la pandemia, serán muy especiales por muchos motivos. Estadios sin público, ausencias de deportistas notables, confinamientos, test PCR y un sinfín de cuestiones que los harán más inolvidables que nunca. Pero hay otros elementos que aporta una dosis de curiosidad y manda un mensaje para el futuro. Estamos ante lo que se podría llamar los 'Juegos del Reciclaje y la Sostenibilidad'.

Las medallas que este sábado se han empezado a entregar en Tokio, las célebres de oro, plata y bronce, tienen un origen poco común: están hechas con materiales reciclados. Las primeras medallas, la de oro (tiro de rifle de aire de 10 metros), la de la tiradora china Yang Qian, la de plata de la rusa Anastasia Galashina y la de bronce de la suiza Nina Christen son recicladas.

Primeras medallistas de los Juegos de Tokio.

Primeras medallistas de los Juegos de Tokio. / EFE

Proceden del lote creado con cerca de 79.000 toneladas de teléfonos móviles y aparatos electronicos usados que han sido donados por entidades provadas, ciudadanos anónimos y el propio gobierno japonés. Se trata de una operación olímpica de reciclaje.

'Autoimposición'

Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, no obstante, no las ha tenido que colgar del cuello de los deportistas ya que las medidas anti-COVID 19 de Tokio lo impiden. Las propias deportistas premiadas se han 'autoimpuesto' el 'metal' ,por así decirlo.

Desde la organización de los Juegos han querido dar una imagen de sostenibilidad desde el primer momento. Así, los desplazamientos se realizan con autobuses eléctricos de hidrógeno fabricados y cedidos por Toyota, empresa patrocinadora, y muchos de los elementos decorativos proceden de elementos reciclados, que ponen de relieve la fuerza y las posibilidades de la economía circular que supone el reciclaje. Hasta el fuego del pebetero olímpico está alimentado por hidrógeno y no por gas. Además, todas las infraestructuras de la Villa Olímpica funcionan con hidrógeno y electricidad.

Diseño y reciclaje

Pero volvamos a las medallas. Las cerca de 5.000 medallas olímpicas que los deportistas se colgarán de su cuello en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio proceden del reciclaje de cerca de 79.000 toneladas de teléfonos, ordenadores y otros equipos electrónicos procedentes de lo que llaman 'minas urbanas' (espacios donde el público ha ido depositando los dispositivos usados que ya no utilizan). Todos los materiales fueron donados en el marco de la campaña apoyada por Worldwide Olympic Partner P&G, que ha durado nueve meses.

El diseñador japonés Junichi Kawanishi, ha sido el encargado del diseño y en sus motivos se representa el trabajo constante de los atletas para superar todos los obstáculos para llegar a la cita olímpica, así como la apuesta por la diversidad y el compañerismo. Las medallas son como piedras en bruto que han sido "pulidas para transmitir la luz y el brillo" que simbolizan los propios deportistas y quienes creen en ellos.

La llama olímpica, en el pebetero, este sábado en Tokio.

La llama olímpica, en el pebetero, este sábado en Tokio. / EP

También están reciclados los elementos decorativos, procedentes de más de 24 toneladas de plásticos usados. Los símbolos olímpicos metálicos proceden del reciclaje de los desechos de aluminio de las viviendas provisionales que se crearon para las familias en las regiones afectadas por el gran terremoto del Este de Japón del año 2011. De ese mismo lugar, en un país tan marcado por las tradiciones, hasta las flores que se entregan a los atletas proceden de allí.