Análisis

Y Damián Quintero no falló en su día

El karateca malagueño ha trabajado durante toda su vida con el sueño de alcanzar la gloria en unos Juegos, y ayer en Tokio dio la talla justo en el momento de la verdad. Se llevó una plata que le supo a oro de muchos kilates

Damián Quintero, emocionado sobre el podio del Nippon Budokan de Tokio. | REUTERS

Damián Quintero, emocionado sobre el podio del Nippon Budokan de Tokio. | REUTERS / manuel garcía. málaga

Manuel García

Manuel García

Solo Damián Quintero y las personas que le han acompañado en esta larga aventura saben de verdad el valor que tiene la medalla de plata conseguida en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Años y años de duro trabajo, de jornadas interminables compaginando los entrenamientos con los estudios o el trabajo, para poder tocar la gloria con la punta de los dedos en la cuna del karate.

El deportista costasoleño sabía que estaba ante la oportunidad de su vida. No iba a haber otra, era ahora o nunca. Es la primera vez que esta modalidad ha sido olímpica, y dentro de tres años, en la cita en París 2024, ya no lo será, por lo que Damián era conocedor que estaba ante su día, ante el momento por el que tanto había luchado y que no iba a volver a repetirse.

La preparación para un evento de este calibre es larga y dura, y más aún en las circunstancias actuales. Esta medalla de Quintero en katas debería haber llegado hace un año, pero la pandemia del coronavirus lo impidió. ¿Qué tuvo que pasar por la cabeza del malagueño cuando se conoció que los Juegos no se iban a disputar en 2020? ¿O qué tendría que estar pensando cuando unos días antes de esta cita, ya en el verano de 2021, todavía no se sabía a ciencia cierta si los Juegos iban a cancelarse definitivamente?

No debe ser fácil prepararse física y mentalmente en estas circunstancias para competir al más alto nivel, por eso solo Quintero y el resto deportistas que han vivido situaciones similares conocen el valor de esta presea. El malagueño sabía que no podía fallar, y no falló. Hizo una competición impecable durante la ronda de eliminación y ranking y solo el nipón Ryo Kiyuna le apartó de lo más alto del podio en la gran final. Pero para Damián Quintero esta plata es oro puro.

Este ingeniero aeronáutico de 37 años, nacido en Buenos Aires, llegó a Málaga con tan solo 5 años por el cambio de vida que buscaban sus padres tras la crisis que azotaba Argentina. Y desde bien pequeño ya empezó a practicar y a destacar en el mundo del karate. Afincado en Madrid desde hace años, donde pudo concluir con éxito sus complicados estudios, progresó en esta disciplina y empezaron a llegar los grandes éxitos: en 2013 se proclamó por primera vez campeón de Europa a nivel individual y en 2014 fue Campeón del Mundo. En total, el actual nº1 del World Karate Federation ha cosechado en categoría absoluta más de 100 medallas nacionales e internacionales, a las que ahora hay sumar su plata en los Juegos de Tokio.

El palmarés de Damián es envidiable, pero aún faltaba el colofón. Ese broche de plata con tintes de oro que consiguió este viernes en el Nippon Budokan de Tokio. Sin duda, el mayor éxito de una brillante trayectoria que aún no tiene fecha de caducidad.