La soledad parlamentaria con la que el presidente del Gobierno hubo de afrontar el debate sobre la aguda crisis económica a la que nos enfrentamos debería hacerle reflexionar. Esta ya no es la legislatura en la que el PP estaba condenado al ostracismo parlamentario. Con el cambio de estrategia santificado en Valencia, Rajoy comparece como si tuviera una segunda naturaleza política, que le reconocen quienes hasta ayer -CiU, PNV- no querían saber de él. Lo que hemos visto esta semana en el Congreso -todos los portavoces y el primero el del PP disparando contra Zapatero-, quiere decir que el ´Pacto del Tinell´ firmado entre el PSC y los nacionalistas catalanes para excluir a los populares ha decaído. Si se dan las circunstancias adecuadas, Durán y Lleida -portavoz de CiU- podría votar con Rajoy. Incluso el PNV. Puede que este año Solbes sqque adelante el Presupuesto de 2009; será más difícil que lo consiga el 2010. Esta puede ser una legislatura corta.

La política es teatro y en el escenario del PP ya no están los Zaplana, Acebes y Aznar. CiU (Mas y Durán) lleva ya años fuera del poder; al PNV las encuestas no le anuncian nada bueno para las próximas elecciones. Así las cosas, es probable que de la misma manera que en el 96 pactaron con el Aznar que hablaba catalán en la intimidad, vuelvan a hacerlo ahora que ya no está Aznar. Si yo fuera ZP no haría planes a largo plazo. En bien de los intereses de los españoles aprovecharía el ofrecimiento de Rajoy y exploraría el ´Camino alemán´. Como se sabe, en Berlín hay un gobierno de coalición nacido para plantarle cara a la inflación. Y no les va mal. Sin llegar a tanto, me gustaría ver que dado el calado de la crisis, por una vez los dos grandes partidos eran capaces de aparcar sus diferencias en aras del bien común. Otro gallo nos cantaría.