A Ingrid le han regalado la cara de su madre. Y no sólo porque haya podido encontrarse con ella por fin, tras seis años de secuestrada dignidad y deterioro físico, sino porque es fácil observar cómo en las fotos de prensa de esta semana donde madre e hija se besan, sus rostros se asemejan en edad, aunque esto no sea posible. Le han robado la juventud en la selva. A Ingrid la llamo de tú porque Ingrid somos todos, el derecho indubitable a la libertad. No hay fin que justifique un secuestro.

También impresiona en las fotos la fuerza con que entrelaza las manos de sus hijos, con los nudillos blancos de apretar esos dedos como maromas que la sacan definitivamente de la pesadilla a la que fue condenada por no ser sólo una más de los unos o de los otros, una más de las que callan y miran para otro lado, por señalarse en el deseo de cambiar las cosas.

Reír y llorar

- Mientras la economía basada en el ladrillo fácil se hunde y nos arrastra, precios del petróleo aparte, las portadas van de alegría en alegría sobradas de abrazos. El paro sube en Málaga más de un punto en un mes de junio donde no subía el paro; y el Euribor, ese índice aterrador que te hace brillar cualquier artículo con el filo de una espada sobre las cabezas de los hipotecados recientes, ya está en el 5,43%.

Pero aún perduran las risas de los jugadores de la selección española de fútbol sintiéndose protagonistas de un sueño compartido por un país necesitado de autoestima -descontando a los nacionalistas que, formando parte de él todavía, lo desprecian y se sienten patológicamente subyugados por la insoportable densidad del ser español-. También la OCDE ha avisado a España. Con una tasa de paro de más del 10%, se va a convertir en el mayor desempleado de la zona, por encima de Turquía.

En Málaga superamos ese índice con creces. Aunque la sonrisa de Ingrid Betancourt te haga olvidarlo todo con su carga cansada de esperanza y alegría irreprimible.

Maquillaje enladrillado

- También Greenpeace nos ha vuelto a sacar los colores, y cada foto del litoral nos explica el porqué de la barbaridad de construir más que nunca en menos territorio que nadie. Pero lo hecho, hecho está; y habrá que maquillarlo sin perder un atractivo turístico que aún aguanta, porque aquí no derriba nadie.

El Algarrobico, por ejemplo, en el Cabo de Gata, sigue ahí en pleno paraje natural como un mamotreto simbólico de cómo unos pocos con mucho se imponen siempre al sentido común y al futuro de los demás. Es como cuando algunos creyeron que el armazón de cemento derribado, el llamado ´hotel de PRASA´, en la playa de Estepona, suponía un símbolo ejemplarizante que corregía el urbanismo irracional, ese urbanismo que puede haber dado al traste definitivamente con la construcción que sí es lógica y motor económico indudable.

Pero detrás de ese derribo mediático estaba la firma de un convenio que aumentaba edificabilidad para la constructora en la playa de al lado, y con la tasación en blanco. Lo que no hemos sabido hasta que Estepona volvió a llamarse Astapa, como en la época fenicia, en los papeles.

Cámara de cuentas

- O sí lo sabíamos. Me dejan pasmado las declaraciones esta semana del consejero mayor de la Cámara de Cuentas, denunciando que Estepona llevaba años fiscalizada ni más ni menos que con quince procedimientos contables, y a pesar de ello no rindió cuentas en 2007. Rafael Navas precisó que la Cámara de Cuentas de Andalucía "viene señalando con gran claridad algunos de los problemas que se han detectado ahora desde hace bastante tiempo".

Las declaraciones son textuales, por supuesto, y no creo que Navas precisara lo de "con gran claridad" sin darse cuenta. También dijo con gran claridad que el Ayuntamiento de Estepona fue fiscalizado en 2005 debido a un mandato de la Cámara de Cuentas de España. Más claro, ni el agua.

´Copy paste´

- Otra denuncia que debiera entristecernos, si no fuera por el peso de la costumbre de lo que hemos ido aprendiendo de la política, es la última de un rosario de denuncias que empieza a ser interminable entre las dos facciones del PSOE local que pugnan por hacerse con la secretaría provincial.

La denuncia que el sector crítico del PSOE ha derramado sobre el sector oficialista tiene que ver con el plagio. Quienes trabajan habitualmente con un teclado de ordenador saben lo fácil que resulta copiar y pegar trozos y trozos de texto aprovechando el trabajo de los demás como si fuera propio. Tan sólo hay que cambiar el nombre de Bilbao o el de Murcia, por ejemplo, por el de Málaga, como ha ocurrido con la redacción de una de las ponencias que se presentan de cara al congreso provincial del 19 de julio (a propósito, el del día después del terrible alzamiento, pero más tarde sólo de la alegre paga extra de verano).

Porque hoy es sábado, no quiero parecer Mari Poppins y elevarme con un paragüitas de colores sobre la condición humana, pero a uno le duele ver cómo el odio acumulado entre algunos de una y otra parte del PSOE malagueño sea lo que está trascendiendo a los medios de este presunto ejercicio de democracia interna. Una suerte de primarias que debiera aprovechar cada grupo en discordante concordia para contraponer tendencias y propuestas para mejorar la realidad, partiendo del mismo esquema de valores partidarios que el contrincante. Pero qué va.

Lo importante: la temporada próxima el Málaga CF, el femenino Atlético Málaga, el Antequera de Balonmano y el Unicaja serán todos de Primera. Ellos sí?