Una de rumanos

Hace tan sólo unos días, el senado rumano aprobó una ley que obliga a los medios de comunicación a difundir en igual proporción noticias negativas y positivas. Tal y como está el patio... va a ser hasta una buena idea.

Modelos sociales como el estadounidense son un claro ejemplo de cómo las noticias negativas, amarillas y catastrofistas ejercen un control de los medios de comunicación (y de los gobiernos) sobre la población que se vuelve temerosa y dócil.

Sin olvidar el importante beneficio económico de los dividendos del miedo; porque sigue existiendo ese mito de que lo que vende es lo trágico.

Tristemente, los resultados avalan esta teoría.

En nuestro país tenemos claros ejemplos de periodismo bagatela que recurre directamente a la mentira o la infamia para generar titulares atractivos olvidando todo rigor periodístico. Todo, con el objetivo de alimentar la parte negativa de las emociones de la gente... en una batalla en la que los optimistas a veces nos sentimos rodeados por cortinas de humo que, cada vez, huelen más a chamusquina.

Ignacio Caballero Botica

Málaga