Carta al Ayuntamiento, la Junta, la Universidad y la Academia de San Telmo

Denuncio públicamente que en el edificio del pasaje de Heredia, sito en la plaza de la Constitución, con vuelta a las calles Granada (números 1, 3 y 5), Santa Lucía (números 1, 3 y 5) y San Telmo, (número 1) se están llevando a cabo unas obras de reconstrucción especulativa con proyecto del arquitecto Juan Pedro Fernández Martín (licencia 402, de 3 de agosto de 2007), que supondrían una total desvirtuación o alteración de este inmueble histórico-artístico, levantado hacia el año 1837 según trazas atribuibles a Cirilo Salinas Pérez, y que constituye uno de los ejemplos más importantes a escala española de esta tipología residencial-comercial tan característica de la primera burguesía capitalista. La bárbara actuación en curso mantiene al parecer los muros exteriores de la casa y las galerías del pasaje, pero con dos gravísimas modificaciones o actuaciones de macización y colmatación que arruinan la imagen y funcionalidad de los elementos originales. Por una parte, se añaden nuevos pisos a los actuales y, por otra, se prolonga la fachada que da a la plaza de la Constitución de forma que la calle de entrada al pasaje queda reducida a una puerta en planta baja, y todo ello mediante un diseño de gratuita agresividad que hace aún más lamentable esta propuesta tan destructiva para el propio edificio y para el entorno urbano citado. Con tal brutal iniciativa, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga, tras la ilegal remodelación de la casa de Pedro de Mena para adaptarla al museo del pintor Revello de Toro, se vuelven ahora contra los testimonios materiales de la revolución liberal burguesa, que la actual oligarquía andaluza, máxime en su lamentable variante malagueña, contempla no ya con incomprensión, sino con odio. No se entiende que el alcalde y los demás ediles responsables de este atentado contra la memoria del más esplendoroso momento histórico de la ciudad sean tan ignorantes como para ni siquiera sospechar la enormidad de su salvaje resolución. Solicito la inmediata paralización de la obra y la reforma del proyecto para eliminar los excesos denunciados, así como la incoación de expediente de depuración de responsabilidades con pase del tanto de culpa, en su caso, a la Jurisdicción ordinaria, sobre el proceso de toma de decisiones que ha conducido a esta inaudita concesión de licencia, pues obviamente alguien debe responder de una determinación que, entrañando graves daños para el legado cultural de Málaga, redunda en ilegítimo beneficio de unos concretísimos intereses económicos. Me comunican verbalmente en la Gerencia de Urbanismo que la casa carecía de la pertinente protección. ¿Por qué, y a instancias de quién? Finalmente, y dado que este vergonzoso suceso pone más que de manifiesto la falta de profesionalidad y la indocumentación con la que el Ayuntamiento trata el desgraciado patrimonio histórico de la localidad, gran parte de cuyo caserío anterior al siglo XX se encuentra abandonado y en ruinas porque la corporación se niega a aplicar la ejecución subsidiaria o acción sustitutoria, estimo que, lejos de apoyar la candidatura de Málaga como ´ciudad de la cultura 2016´, debemos solicitar que se rechace, y con expresa condena moral del incivil comportamiento de sus ediles. Los derribos y sustituciones especulativas que proliferan en el casco antiguo y sus proyecciones exteriores configuran un modelo monstruoso de anti-cultura sin apenas parangón en las sociedades tercermundistas, y que en las desarrolladas serían castigados con arreglo al código penal, pues constituyen verdaderos crímenes contra la memoria colectiva de Málaga, de Andalucía y de España. Cuando en función de los escasos y mal llevados monumentos, o del fracasado Museo Picasso, muestro esos barrios a los pocos visitantes extranjeros de alto nivel sociocultural que incomprensiblemente surgen aquí entre los típicos del chiringuito y la alpargata, se me cae la cara de vergüenza. José Luis Souto Málaga

El casco budista

De un modo extemporáneo y con una presentación mediática exagerada presentó la DGT, como remedio a la sangría de motoristas muertos y al creciente número de víctimas en carretera, "el casco budista portavoz de paz", como solución al estrés, crispación y crisis de los mismos. Nada menos que Tráfico, a instancias del señor Pere Navarro, ha recurrido al lama blanco Rinpoché y a un "laboratorio de monjes budistas" que ha propuesto un costoso casco con ´chakra´ de coronilla, todo incluido. Si no fuera por la seriedad de los participantes y los intereses crematísticos en juego, tanto para los industriales como para los promotores de la original idea (sin pies ni cabeza) habría que concluir que esta presentación en sociedad ha sido una soberana tomadura de pelo. Alguien debería explicar a los motoristas la relación de causa y efecto de un casco "portavoz de paz" y de cómo ayuda "la filosofía oriental al manejo de la moto". Es algo parecido a la persona que tiene tos y se rasca la barriga. Mucho más comprensible el gesto del torero, que antes de salir al ruedo hace su oración ante la capilla de su habitación o como el deportista que se santigua al iniciar el partido. Con ánimo crítico, pienso que la DGT podría canalizar sus esfuerzos en mejorar la calidad de unas carreteras, que, con algunas excepciones como Madrid y Barcelona, están igual que hace 20 años. Sería más provechoso para todos. Miguel Rivilla San Martín Málaga