Números rojos

Por favor, lo de ´rojos´, nada que ver con la ideología. No sean mal pensados. Nada nuevo. Se sabía de antemano. Se ha cumplido una vez más lo anunciado. La economía estatal está ya en números ´rojos´. Es que no falla. Cuando la derecha está en el poder arregla la economía, al abandonar el poder, lo deja con superávit. Viene luego la izquierda. Alardea de saber regir la economía lo mismo o mejor que la derecha. No han pasado tres meses y ya estamos donde los expertos anunciaron: déficit y con ´números rojos´. Pero?, ¡que nadie se alarme! Vamos en un barco los españoles dirigido por un buen capitán. No hay motivos para el pesimismo que "no crea puestos de trabajo". Para solucionar todo tenemos el optimismo, el talante y la buena cara del presidente, que acabará destruyendo los pocos que quedan. Es que tiene ZP un carisma, un don de convencer a los convencidos, que no hay quien le aguante. No sean pesimistas, españolitos de a pie. Hablen ahora de lo que importa: del aborto, de la eutanasia, de lo malos que son los obispos y los curas y lo de la economía déjenlo en manos de ZP que sabrá conducir la nave del Estado al puerto del bienestar, de la igualdad y de la solidaridad. Para celebrar lo bien que van las cosas, brinden todos con champán, háganse la foto e imiten a Zapatero yéndose de vacaciones. Miguel Rivilla San Martín Málaga

La vida es así

Dando un paseo por cualquier pueblo o ciudad te terminas encontrando con un trozo de acera o calzada deteriorado en el que sobresale un trozo de hierba que poco a poco va ganando terreno. Eso nos recuerda que, si un día desapareciéramos todos, la naturaleza se abriría camino y se terminaría tragando nuestra supremacía en el planeta. A esto añado una noticia que me ha llamado la atención poderosamente; hay una especie floral que está creciendo de forma exclusiva en el entorno de la central nuclear extremeña de Almaraz. Un desafío de la vida frente a lo que consideramos un icono de contaminación mortal. Soy de las personas que se alegra de que se fabriquen menos coches y de que se construyan menos casas. Quizá vaya siendo hora de que aprendamos algo de nuestro planeta y su comportamiento; de que cambiemos la idea de que es el planeta el que debe adaptarse a nosotros y empezar a pensar justo al revés. Tenemos las de perder si seguimos así. Ignacio Caballero Botica Málaga