Opinión

El color del dinero

Quizás lo que más importe del galimatías de la financiación autonómica es dónde van a ir a parar los euros conseguidos por cada terruño. Y eso, precisamente, es lo que parece importar menos. El único título posible de la película es, hasta ahora y cada vez más, "qué hay de lo mío", con las apostillas de "a esos ni un duro más", o, alternativamente, "si a los otros más, a mí también". A nuestros queridos políticos, cuando se ponen a hablar de dinero, el único color que les importa es el territorial: véase el caso de la ínclita Presidenta de la Comunidad de Madrid actuando como portavoz oficial del Presidente Zapatero a la salida de su reunión en Moncloa. Y mientras, sus compañeros, y, sobre todo, compañeras, declarando viento en popa contra el modelo de financiación socialista.

Pero hay casos todavía más insólitos, como por ejemplo, el del Presidente de la Xunta de Galicia. A los conocidos criterios poblacionales, de dispersión, de deuda histórica, de insularidad y otros que suelen utilizarse para marcar la diferencia en la cantidad a sacar de la caja, al señor Pérez Touriño se le ha ocurrido (¿a él o al BNG?) el de las dos lenguas. Hasta hace muy poco, en Galicia no había ningún problema lingüístico: siempre se habló en gallego, incluso en plena dictadura (otra cosa es que no se pudiera enseñar en él ni se respetara institucionalmente como lengua propia) Pues ahora parece que hay un problema: a dos lenguas, más financiación. Bien, puede ser, ¿y qué hacemos con las distintas variedades de hablar español?, ¿también cotizan?: porque no es lo mismo leer este artículo en voz alta en Canarias que en Extremadura, en Asturias, en Cantabria o en Andalucía. Y dentro de Canarias, por ejemplo, no es lo mismo que lo lea un majorero que un herreño. Puestos a liarla, es mejor liarla del todo, así el pastel saldrá más rico.

Tracking Pixel Contents