Opinión | El palique

Socorro, nos quitan verano

Sigue uno midiendo el tiempo, el año, con la medida infantil, adolescente incluso. Universitaria también. La medida de tiempo escolar. La que divide el tiempo, el año, en verano (vacaciones) e invierno (colegio). Un invierno con hitos como la Semana Santa y la Navidad (más vacaciones). Sin embargo, ahora, la Junta quiere adelantar el comienzo del curso escolar al siete de septiembre. No hay duda de que hay mucho por aprender y no sobran días; tampoco hay dudas de que aumentaría (¿siete días?) las posibilidades de conciliar la vida laboral y familiar. Puede que hasta se creara más empleo. Sin embargo, quienes toman estas medidas en los confortables despachos tal vez a media mañana planeando con quién celebrar un almuerzo de trabajo y terminando de currar a las tres, ignoran o son desmemoriados respecto de aquellos madrugones, de aquel temido mediados de septiembre cuando comenzaba el curso. Quieren enviar más pronto a la legión de peques a los colegios a desfogarse y balbucear, a aprender sus primeras letras, o últimas, una semana antes. Amputarles una semana de juegos, lances, calle, fútbol, zascandileo casero o pelada de pava. Siete días menos con los niños dando por saco, pensará más de uno. En fin, lo que aquí nos interesa remarcar es que se cargan la mitología de agosto, porque a este paso el día uno o dos los grandes almacenes comenzarán la campaña de vuelta al cole; cargarse quieren también el segmento de vacaciones consistente en ´me llevo a los niños a un hotel barato en septiembre que, a su vez es más barato, antes de que el día quince comience la rutina´. Cargarse quieren esa coletilla literaria de tantas novelas: ´todo sucedió en uno de aquellos largos verano de la infancia´. Ahora serán cortos. En un país con asignaturas cuatrimestrales que necesitarían una vida para aprenderse quieren aumentar el curso una semana variando horarios no temarios. Ya mismo están los maestros pidiendo más dinero. Yo lo haría. Qué carajo va a ser esto de trabajar siete días más gratis. Bueno, cinco.

Agrupación Centro

La agrupación Centro del PSOE, tras los cambios que se han producido en ella que han llevado a la secretaría general a José Sánchez Maldonado, procede a cambiar los denominados consejeros políticos de distrito. Esto es, los representantes de cada agrupación socialista que ejercen de oposición al concejal o/y director en cada distrito y en cada pleno de distrito de Málaga capital. María José Sánchez Garzón y Javier Aguilar son dos de los nuevos a los que también acompaña una concejala del grupo socialista. Uno de los sustituidos en este cometido es el concejal y ex secretario general (derrotado por Maldonado) Rafael Granados. Granados medita, mira el horizonte, espera que se materialice la promesa y tanto los que quieren zaherirlo (meterse con él, vamos) o alabarlo lo ven como una suerte de último mohicano del criticismo. π

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