Opinión | El palique

Encima de crisis, sin Dios

Probablemente Dios no exista, deja de preocuparte y disfruta de la vida", será un lema que lucirán, también, los autobuses de la EMT de Málaga gracias a la iniciativa de una entidad que fomenta el ateísmo. Con independencia de que ´hay gente pa to´ estas ideas están bien. Tranquis, que me explico: están bien porque, como ha sucedido en Madrid, es probable que alguna iglesia evangélica o de las tradicionales (como diría el del chiste, de las verdaderas) replique con otra campaña. Y así la Empresa Municipal de Transportes hace caja, y hasta si en el litigio intervienen los budistas, los musulmanes, los Hare Krisna, los animistas y los judíos podrían lograrse cifras récords de inversión publicitaria y entonces bajan el precio del billete. De hecho, no sé qué hacen los periódicos que no tratan ya de captar estas campañas. Y más: los viandantes nos divertimos viendo los autobuses adornados y se fomenta la conversación, el debate y la polémica en las paradas, en estos tiempos duros y de aislamiento con la gente metida en sus iPod y sus videoconsolas, mirando el móvil como autistas.

-Mira lo que pone, qué punto, ´vieo´, qué Dios no existe.

-Oye, no me toques las narices, eso será algún rojo idiota que no tiene mejor que hacer.

O lo mismo la coincidencia de opinión propulsa el inicio de una bonita amistad, tal vez de un casquete o de un amor duradero, romántico, pleno y armónico. Imaginemos un domingo a las diez de la mañana, en El Palo, viene un autobús:

-Dios no existe, qué tontería.

-Desde luego, yo precisamente voy a misa a Los Mártires.

-Y yo, podemos tomar luego un vermú.

-En la Casa del Guardia.

Con todo, el lema no deja de ser un poco injusto. Lo preocupante no es que Dios exista, si no que no exista. Que no haya ni Dios. Tampoco está muy bien escogido el momento. En épocas de duras crisis aumenta la venta de pintalabios, se llevan más las minifaldas y se aferra uno más a la religión, a Dios. Y a su parentela: ´Virgencita, que me quede como estoy´.

Fuerza y unión

La unión hace la fuerza. Y la crisis. Este año habrá casi un quince por ciento menos de espacio expositivo en Fitur y los municipios malagueños se reagruparán e irán más juntos, más con los ´paraguas´ institucionales del Patronato o las mancomunidades. Aquí hemos pasado al dislate de unos expositores de muchos y muchos metros cuadrados de ciudades como Marbella o Nerja, etc. a ejercer una fuerza común. Todo, en una cita que se presume más competitiva y en la que a lo mejor y por tanto se hacen (intentan) más negocios, más citas profesionales. En cualquier caso, y aunque la tendencia apunta a otra cosa, sigue siendo un evento del que se critican presencias pero la ausencia es peyorativa.

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