Opinión

Quién sabe

Vamos hacia algo excepcional, ha dicho Solbes, tan cauto siempre, sobre la crisis. Sorprendente, que un individuo de aspecto y verbo visionarios aparezca de pronto también ahora al frente del mundo ¿Pura casualidad, la llegada de Obama? ¿Quién sabía algo de él fuera de USA antes de que apareciera? No sabemos nada de él, decían también sus opositores en la campaña, o sea que ni en USA sabían mucho. Esa presencia súbita, esa irrupción, ese advenimiento inesperado, es la seña inconfundible de todos los prodigios. Asusta esta palabra, mas, ¿no es prodigioso ya el modo en que, casi de la noche a la mañana, ha pasado a ser a los ojos del mundo el esperado, y, a la vez, la esperanza? Llegados hasta aquí, y sin quitar ni una coma a lo dicho, echemos agua al fuego: lo más fácil es que Obama sea tragado por los remedios rutinarios a la crisis, y no se atreva a volar alto. Pero, ¿y si??

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