Del cinismo a la cara dura

Cinco días de bombardeo informativo sobre el gran escándalo de espionaje político en la Comunidad de Madrid han conseguido ya doblar el espinazo del Partido Popular, que en estos momentos no sabe por dónde tirar, pese a la decisión de la cúpula central de abrir esa investigación. Este viernes ya se ve con toda claridad que el Gobierno de Zapatero y el PSOE tienen decidido no dejar pasar en balde el escándalo e incluso aprovecharlo políticamente, al menos como el PP haría si las cosas fueran al revés de como son. Las declaraciones de Zapatero y de María Teresa Fernández de la Vega así lo ponen de manifiesto. Las informaciones firmadas en ´El País´ por Francisco Mercado, y de modo muy especial las del primer día, son un extraordinario modelo de periodismo de investigación y de rigor. El impacto del asunto comienza ahora a dominar la escena política y mediática, pues los primeros días la mayor parte de la atención y de los espacios estaban concentrados en los eventos inaugurales de Washington.

El enfrentamiento ahora mismo entre la cúpula central del partido y la facción más poderosa institucionalmente (Comunidad y PP de Madrid) es de tal envergadura que un pasito más se llevaría todo por delante y el estallido sería irreversible. Nadie lleva las de ganar ahí, si acaso Ruiz-Gallardón, que propiamente no es de ninguna de las dos partes. El gran escándalo, uno de los mayores de la democracia si todo se confirma, estalla en el peor de los momentos, cuando hay tres elecciones a la vuelta de la esquina, cuando Rajoy y su equipo más necesitaban del sosiego y del apoyo unitario de todo el partido. El efecto en la opinión pública está siendo demoledor y eso después de que todas las encuestas, pese a la crisis económica y el paro, seguían vaticinando nuevas derrotas del PP. Veremos ahora qué dicen los próximos sondeos. El premio al cinismo político se lo han ganado Esperanza Aguirre e Ignacio González "¡Qué escándalo, he descubierto que en este local se juega!", Casablanca dixit) y el premio a la sandez y la cara dura, sin duda Esteban González Pons.