Espionaje de pandereta

Observando el lío que se ha montado en Madrid con la supuesta creación de un servicio secreto de la comunidad autónoma (como imagen de la España de pandereta es buena, ¿eh?) algunos se están reafirmando en que no fue nada descabellado pensar que en Málaga, presuntamente con aquello de Rosa Agüera, a alguien se le ocurrió, en chiquitito, algo similar. Una sala llena de pantallitas y teléfonos, unos ´agentes secretos´ que hacían informes sobre los concejales; una concejala espiada, la ´dirección de la inteligencia´ y la dirección política enteradas de que iba a la compra, a misa, al despacho, a pasear a tal o cual hora? Presuntamente. No fue un asunto baladí. Tuvo un alto coste. Una parte de ese coste: la carrera política de una concejala, la propia Agüera.

Un político más

Ayer viernes nació un político. Javier Ferrer se acostó el jueves siendo jefe de gabinete y se levantó dando una rueda de prensa. Ha cruzado la frontera y de la sombra ha pasado al sol. No sabemos si el alcalde, Francisco de la Torre, lo va a convertir en portavoz político, si lo va a arrojar a los leones (con micrófono) cuando éstos se pongan a preguntar por temas delicados o si esto es un asunto puntual. Un hecho aislado. O tal vez es un marrón que se come por haber diseñado la operación. O a lo mejor no ha diseñado nada. Ferrer es un tipo preparado y hábil como para lidiar morlacos o bailar con la más fea. Con independencia de que sus palabras convenzan o no es llamativo que hable. Es que nos tienen acostumbrados a que sólo se oiga al regidor. A veces se suele comparar a un gobierno con una orquesta que va dirigida por la batuta del presidente. Con independencia de que la metáfora está más sobada que un picaporte (comparación también muy sobada) en Málaga la cosa es distinta. El equipo de gobierno era un coro que a veces estaba coordinado y a veces desafinaba. Desde hace tiempo esto es el canto de un solista. Ahora hay una nueva voz. O a lo mejor es un ventrílocuo y el que habla es el alcalde. Siempre.

Izquierda Unida

El coordinador general de IU, Cayo Lara, lanzó ayer a la militancia un mensaje conciliador y trató sutilmente de cerrar algunas heridas, dada la división existente en el seno de la coalición entre los diversos sectores y corrientes que conviven en ella. Con independencia de esto, la gira de Lara a la provincia da moral a las huestes de IU, necesarias de liderazgo fuerte. Entre tanto, Valderas y Rosa Aguilar se pelean. Está ya uno impaciente por saber si será mucho o poco el tiempo que tarde Aguilar en fichar por el PSOE.