Bus ateo

Hoy he cogido el 1. Un bonito número para el cupón. Pero, éste me lleva a la oficina, dos veces al día. El de hoy, no era ateo, creo, o quizá debiera de hacerse alguna encuesta entre los ocupantes del autobús por si algún científico postulase que su religiosidad tuviera que ver con el contenido. Mi vehículo de la EMT, no sé si ateo pero, aconfesional era seguro, porque esa maravilla que tan bien me transporta cada día, como a San Juan de la Cruz en sus mejores momentos, seguro que es plenamente constitucional.

Tengo ganas de coger uno de esos, ateos de pago, para ver qué se siente. Poco, probablemente, como la presencia de los dioses a mi alrededor. No sé. Tal vez, haya objetores a subirse. Los mismos, supongo, que no le harían ascos a que lo llevase otro con la publicidad de un club de alterne. Ahora, objetar es de derechas, tan imbuidos que estamos en el marxismo. Cuando yo era joven, sólo se manifestaban u objetaban los melenudos. Aunque ahora que lo pienso, por los bares del Limonar, la chavalería lleva un corte parecido al del expresidente Aznar, así, medio progre. Puede que la rebeldía popular, tenga que ver con Sansón en sus protestas.

La publicidad que asoma a estos autobuses, que no publicita nada, dicen los entendidos que está muy bien llevada a cabo porque no deja indiferente a nadie. Es como hablar de Sevilla en Málaga. Como cuando escucho a mis vecinos discutir sobre el Madrid o el Barça en el bar de abajo. Qué bonito es discutir cuando la sangre no llega al río.

El cartelón, que aún no he visto, nada más que en fotos, reza: ´Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida´. Con el mensaje de la primera parte y su final, estoy de acuerdo, lo que no me gusta es lo imperativo del medio. ¿Cómo voy a dejar de preocuparme? Supongo que será una mala traducción. Yo hubiese puesto --por eso no me dedico a la publicidad-: ´Probablemente Dios no exista. Pronto acabará la crisis. Disfruta de la vida´.

Ya que me considero muy liberal en casi todos los temas menos en el que se refiera a la macroeconomía, apoyo, por supuesto, la libertad religiosa, acostumbrado que está uno al Concilio Vaticano II. Y en decir que Dios probablemente no exista, hay ese regustillo por hacer efectivo ese derecho fundamental y cierto gracejo hacia los que se puedan sentir ofendidos, los que negarían la probabilidad y se aferrarían a la fe para afirmar con rotundidad que sí existe.

Para los cristianos católicos, apostólicos, romanos y agnósticos, como yo, el mensaje del autobús, como hecho publicitario en sí mismo, no cobra sentido por perogrullada. Para los que sólo tienen fe cuando están enfermos, tampoco. A mi entender, el enunciado, está dirigido a los que sí la tienen arraigada, para cabrearlos. Como a mí, si lo que publicitasen fuera: "Estás gordo, ¿no te da vergüenza?". Una sorna de humor inglés, muy cara.

Lo que me extraña es el proselitismo de estos ateos ricos, tan poco habitual. Ya que se gastan el dinero, podrían quitarle el "probablemente". Me parece que además de derrochadores, quieren abusar de la verdad, imponiéndola a la fuerza con un adverbio que los libera del pecado científico de mentir.

En fin, en los Ayuntamientos de la vieja derecha no los permiten. Como si se contara la verdad de los Reyes Magos en Navidad. Yo, en mi ciudad, sinceramente y qué le voy a hacer, me alegro muchísimo de poder cogerlo.