Opinión

Cartas al director

Justicia española. Mal de fondo

El verdadero mal de la actual Justicia española radica en la politización de la misma. Esto va contra la esencia de la democracia -separación e independencia de poderes-. Con ello, se ataca e incumple, abiertamente, el mandato constitucional (art.117), que exige la independencia de los jueces. Mucho más grave que el corporativismo, la carencia de medios y de personas y los atascos en los juzgados, es la ingerencia de los partidos en el poder judicial. La huelga de los jueces contra el Gobierno, en parte justificada, como protesta por haberse quedado obsoleta y sin medios personales y materiales, no solo no solucionaría el problema de fondo, sino que pondría a los ciudadanos en contra, dando una baza importante al incompetente ministro señor Bermejo.

Miguel Rivilla San Martín Málaga

Nebrera y "er andalú"

La crítica de la todavía miembro del PP catalán, Nebrera, a la ministra de Fomento Magdalena Álvarez, a propósito de su "acento de risa", no ha hecho más que destapar unas flores que circulan aún por alcantarillas. Si la Junta de Andalucía hubiera recogido las conclusiones del estudio sobre el andaluz del año 80 (que dicha institución había encargado a lingüistas de prestigio) no nos encontraríamos ahora ante este callejón sin salida. Sin el sello oficial, el habla andaluza no deja de ser más que una variante más o menos cercana al castellano. Sin embargo, aquel estudio analizaba y describía la presencia de fonemas propios (el ADN lingüístico previo al DNI, el "sello" de una Academia), literatura propia (desde las jarchas de los siglos IX-XI a Manuel Machado), construcciones gramaticales y léxico propios, etc. En el caso de las vocales, la presencia de cinco vocales cortas para el singular, y otras cinco largas-aspiradas, para la formación de las desinencias del plural. Curiosamente, la economía del lenguaje ha funcionado en Andalucía de manera análoga al francés y formas del italiano, frente al conservadurismo castellano. El no reconocimiento oficial de esta realidad, hace que aún hoy los andaluces nos enfrentemos a un bilingüismo diario. Por un lado, nuestro habla coloquial, y por otro, el acercamiento al castellano en los medios de comunicación o lugares de encuentro públicos. Y precisamente aquella falta de aceptación burrocrática (con "rr") al ser declarada como dialecto del castellano, hace que muchos andaluces no tomemos interés alguno en pronunciar, p.ej., las eses finales: puesto que si formamos parte del mismo tren, somos -en cualquier caso- la vanguardia que marca las tendencias evolutivas de la lengua (la omisión de la "d" intervocálica, p.ej.). Por otro lado, los millones de hispanohablantes de Latinoamérica tienen un acento más próximo al sur de la península (extremeños, andaluces y murcianos) que al castellano. Pasar de ser considerado dialecto a lengua, es sólo un paso administrativo. Así ocurrió, con el bable -asturiano-. Tras décadas de tratamiento dialectal, pasó a ser considerado "lengua" por una decisión de despacho, más política que lingüística, en pos del Principado, curiosamente. Sin embargo, cinco siglos después de la Reconquista, se sigue sometiendo bajo el yugo centralista al habla de Andalucía. Sería deseable que la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura tomasen nota de estas observaciones, ya que el estudio del andalú junto al castellano en Andalucía elevaría la autoestima de los andaluces desde su infancia (todavía se escucha en los colegios "niño que te comes las palabras"), evitaría miles de casos de dislalia y adaptativos, e induciría a la práctica de la pronunciación castellana, como se hace en otras zonas bilingües de España. Como botón de muestra: "es" (3ª pers.-sing-pres.indic.v.ser), proveniente del est latino, en castellano y norte de la península se sigue pronunciando a la antigua usanza, mientras que el francés, el italiano y el andaluz pronuncian "é", habiéndose eliminado en su evolución el resto de sonidos, dando lugar a una "é" abierta y larga por aspiración de la "s", en las tres lenguas descritas. Luego el andaluz evoluciona (no engulle) en la línea que marca una tendencia del entorno lingüístico extrapeninsular.

Julio Tapia Yagües. Diplomado en Filología Francesa. Licenciado en Bellas Artes-Imagen por la Universidad de Barcelona Málaga

El precio justo

Ha sido esta famosa crisis, convertida prácticamente en una marca comercial, la que ha puesto de manifiesto una cosa importante; tenemos la sartén por el mango. Los consumidores, lejos de lo que nos quieren hacer creer, somos capaces de hacer que el petróleo baje su precio un 70% en seis meses. También nos revelamos contra la idea de que cada tres años el coche ya no sirve y hay que comprarse otro. Nos quieren hacer creer que necesitamos estar los domingos rodeados de centros comerciales abiertos, sin embargo, mis retinas coleccionan imágenes de dependientes/as cruzados de brazos en sus jornadas de trabajo dominical, mientras sus hijos se quedan sin ir al zoo. Solamente nos falta creernos todo esto. Porque somos los dueños de la demanda que necesita para funcionar este sistema económico. El día que tomemos conciencia y la manejemos para corregir los desequilibrios y abusos del mercado, estaremos cerca del precio justo, en todos los sentidos.

Ignacio Caballero Botica Málaga

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