Opinión

Males populares

Los gurús electorales del PP se mostraban satisfechos: aunque las encuestas detectaban un repunte del PSOE, por primera vez en meses disminuía el índice de rechazo al PP entre el electorado. Sólo había que esperar el desgaste socialista por su atribulada gestión de la crisis económica, hasta que? en Madrid se destapó el sainete de espías entre dos facciones irreconciliables (aguirristas y gallardonistas), más propio de Torrente que de James Bond. El daño a la oposición "moderada" que buscaba Rajoy puede ser irreparable.

Apenas queda un mes para los comicios autonómicos en Galicia y en Euskadi, donde se iba a poner a prueba la estrategia de Rajoy con dos candidatos de perfil moderado (Núñez Feijoo y Basagoiti). Sin grandes esperanzas en Euskadi, las miradas estaban puestas en tierras gallegas, ante la posibilidad de recuperar la Xunta en caso de mayoría absoluta (ya que ningún sondeo discute la victoria popular). Si ya era difícil lograrlo, más lo será conforme se alargue la lucha cainita del PP madrileño.

Pero donde verdaderamente se la jugará Rajoy es en las europeas de junio. Aunque el líder del PP trataba de contener posibles dagas del sector duro con el nombramiento de Jaime Mayor Oreja como cabeza de cartel, la competencia del partido de Rosa Díez (alentada por los sectores mediáticos madrileños que cuestionan a Rajoy) podría dañar seriamente las posibilidades de victoria en junio.

De ahí que surjan voces reclamando la defenestración de Rajoy, al que se considera quemado y pidiendo el regreso de Aznar y/o Rato (como figuras de transición, hasta la elección de otro líder o encabezando el partido hasta las próximas generales). Mientras, en Moncloa sonríen, porque ni la crisis económica más dura de los últimos 50 años pone en peligro al defensor del talante.

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