Hacer o no hacer. La cuestión sobre cómo encarar el empeño de Málaga en convertirse en Capital Europea de la Cultura en 2016 no está nada clara en los despachos de la fundación que dirige el cotarro. El pasado viernes saltaba la feliz noticia sobre la organización de un macroconcierto que uniría en un mismo escenario a más de una veintena de grupos locales en apoyo a la candidatura. El espectáculo estaba previsto para el 9 de julio. A los pocos días del anuncio, la Fundación Málaga Ciudad Cultural comunicaba la cancelación del evento. El motivo, simple: «El escaso plazo disponible para su convocatoria nos obliga a tomar la decisión de suspender este concierto hasta una nueva fecha en la que podamos reunir a un número suficiente de músicos malagueños», argumentaba el gerente del organismo, Javier Ferrer, en un escueto comunicado. La excusa huele a algo que a los malagueños se nos escapa. Qué será, será...

Como comprenderán, la suspensión ha sentado como un tiro a los conjuntos y artistas convocados. Todos ellos habían accedido a rebajar su caché hasta cifras irrisorias con el fin de apoyar el ilusionante proyecto de llevar a Málaga hacia un destino cultural mejor. Pero lo que peor han encajado ha sido la paupérrima razón esgrimida por la Fundación. ¿Esperar a reunir un número suficiente de artistas? Paso aquí a enumerar las formaciones que estaban confirmadas: Danza Invisible, Tony Zenet, Anni B Sweet, Tabletom, Vanesa Martín, Diana Navarro, Pablo Alborán, Juan Antonio Muriel, Gastmans, Motel Caimán, Tom Cary, Santos de Goma, Hermanas Sister, L´Avalanche, Triple X, Los Caracoles y Fila India (reunión en exclusiva de ambas bandas para el evento), Hablando en Plata con Little Pepe, la ex concursante de Operación Triunfo Cristie y Pepa Niebla junto a Ricky Vivar. A día de hoy, todos los citados creerán, y con razón, que lo de Málaga 2016 responde a intereses muy distintos a los culturales.

La ciudad ha perdido una oportunidad histórica de hacerse oír a través de sus cantantes y compositores más reconocidos a precio de saldo. Dicen que el concierto se podría realizar más adelante. Claro. Lo que no dicen es que si en un futuro quieren contar con muchos de los artistas citados, muchos se negarán en rotundo y el resto pondrán sus cachés reales sobre la mesa. No hay nada peor que jugar con la ilusión, la esperanza y la predisposición de la gente. Desde luego, tras el episodio, el cuento de 2016 ha ganado un elevado número de incrédulos. Una pena: por una vez, todos los músicos remaban a una.