Fútbol, política y sociedad

Esperemos que a ningún político, perteneciente al Gobierno u oposición, se le ocurra cometer la majadería de vincular un éxito deportivo con nuestra situación socio-económica, de la cual, para desgracia nuestra, ya se encargan de controlar Alemania, Francia, Bruselas y diversos organismos con Angela Merkel a la cabeza.

El próximo lunes día 12, con independencia de que la Selección Española de Futbol quede campeona o subcampeona del mundo, los 4,6 millones de parados y sus familias, seguirán padeciendo la penuria de carecer de un puesto de trabajo digno con que poder mantener a los suyos y teniendo que acudir, miles de ellos, a los comedores de Cáritas donde se les proporcione un plato de comida. Los desempleados necesitan algo más que las alegrías proporcionadas por gestas deportivas.

Es muy cierto que la sociedad española, o mejor dicho, gran parte de ella, últimamente, solo recibe malas noticias que todos conocemos y sufrimos. Está necesitada de algún estímulo que mejore su autoestima, lo que justifica el que se tire a la calle para vitorear y celebrar las victorias de "su" (nuestra) Selección. Esta alegría colectiva, que todos sabemos que es efímera, solo mitigará transitoriamente nuestros sinsabores pero supone un respiro importante...y en España, las emociones futbolísticas, levantan una conmoción muy superior a unas elecciones generales. Posiblemente ello se deba a que en nuestro país, según las encuestas, la clase política ocupa el tercer lugar en la escala de lo problemático tras el paro y la economía.

Los componentes de la Selección Nacional, todos ellos, sin discriminación de ningún tipo, está dando un ejemplo de fortaleza, solidaridad, inteligencia y esfuerzo, dignos del mayor encomio. Valores todos ellos que no adornan precisamente a nuestros políticos sin entrar en siglas...Estos deportistas de élite, están contribuyendo a que los españoles recuperemos nuestro orgullo patrio, envolviendo a jóvenes y menos jóvenes con la bandera roja y gualda por todo el territorio nacional, aunque, inconfesablemente, algunos estúpidos se avergüencen de recocerlo.

Agradezcamos a estos héroes deportivos lo que los políticos no han logrado conseguir y es el habernos enseñado a recuperar el orgullo y la grandeza que supone el ser y sentirse español.

Jose Tomás Cruz Varela. Málaga