Un amigo, fallecido hace mucho, me contaba una y otra vez lo que le decía un conocido suyo, judío alemán: «En España no se pueden hacer cosas [negocios], no hay colaboración». La Roja, ahora, acaba de desmentir ante el mundo nuestro proverbial individualismo, ese que nos inhabilitaba para el trabajo en equipo. Del Bosque ha venido a decir que nuestro modelo de fútbol es cuestión de valores. El principal: que trabajar para el conjunto es el mejor modo de trabajar para uno. De haber ganado Holanda, todo se habría venido abajo. Aunque nos consoláramos, el resultado demostraría la superioridad del todo-vale, y de la violencia calculada como motor del triunfo. La fortuna ha estado con la Roja, pero la fortuna, aunque su trabajo resida en el capricho, también tiene corazón. Y para colmo de buen rollo, el bello gesto de Iniesta, al dedicar su gol de la victoria a Dani Jarque, compañero muerto.