El tiempo pasa, el estancamiento de la economía sigue. Todos hablamos de ello y los expertos de todo el mundo opinan sobre la crisis española.

Parece que hay consenso en que la educación, las pensiones, la energía o el sistema financiero son reformas que hay que acometer en España. Y alguna más, pero todas ellas si se hacen, y se hacen bien, tendrán efectos a largo plazo. Lo que nosotros necesitamos es mejorar a corto, siquiera para poder pagar la deuda y dejar el drama social del desempleo.

Las tres reformas claves, en mi opinión, con efectos a corto plazo son la de la Administración, la del mercado laboral y la de formación.

La primera ha engordado tanto que es un monstruo caro e ineficaz… un lastre.

Existen miles de empresas públicas que no sirven para nada productivo, las televisiones públicas son muy cuestionables, y no sólo porque sean instrumento de propaganda básicamente, sino por su mala gestión. Baste comparar el coste de cada punto de audiencia, en las privadas es de 37.2 millones de euros y en las públicas 104 millones de euros, o el número de trabajadores, 100 por cada punto de audiencia en la privada y 460 en las públicas. Y eso es así. Con la eficacia de la privada se paga la ineficacia de las públicas.

En el resto de la Administración, la solución es bajar el sueldo a los funcionarios, lo que hay que hacer es replantearse si tiene sentido 8.000 ayuntamientos, el solapamiento de las diputaciones con las delegaciones provinciales de los gobiernos autónomos, el tamaño de los parlamentos autonómicos y del Senado, todos ellos con sus cuerpos administrativos. En definitiva, redistribuir eficazmente sus competencias, evitando reiteración de funciones así como el incremento de la burocracia.

Daríamos confianza y moral a los funcionarios, así como al resto de la población.

La segunda reforma es la del mercado laboral. La propuesta presentada por el Gobierno no arregla el problema: ni de confianza, ni de seguridad jurídica, ni de flexibilidad. Está basada en los principios vigentes y los mismos principios darán los mismos resultados, paro, temporalidad y baja productividad.

Y la formación laboral es la tercera. Así como la educación, si se acomete, tardará años en dar generaciones de adolescentes que sepan leer bien, que entiendan las matemáticas y sepan geografía e historia, literatura, etc… y a ser posible bilingües, la formación laboral si se tomara en serio y dejara de ser básicamente una fuente de financiación de sindicatos y asociaciones empresariales, tendría una efecto a corto plazo en nuestra baja productividad.

Sólo son tres cositas que habría que hacer bien, congelar lo electoralmente correcto durante unos meses y ponerlas en marcha, aunque después de escuchar el debate sobre el estado de la Nación y ver la falta de espíritu positivo y creativo en los discursos no me quedan muchas esperanzas.