El «timo» de las oposiciones de secundaria

Somos licenciados, hemos finalizado con éxito nuestros estudios en la materia elegida y hemos decidido dedicarnos a la docencia, realizado nuestro Curso de Adaptación Pedagógica (que nos capacita para ello) pero, a pesar de esto y como el sistema así lo establece, después de nuestros correspondientes años universitarios, debemos enfrentarnos a otros largos años dedicados a la preparación de una oposición, que, acredite lo que ya somos: docentes. Montones de jóvenes, cada dos años pasamos por una prueba totalmente subjetiva: se evalúan conocimientos de forma arbitraria y que no se ajustan a la posterior realidad docente.

Presenciamos con una profunda impotencia como se vulneran nuestros derechos y cómo se nos trata como a un número a la hora de reclamar lo que en justicia nos pertenece, la revisión de nuestro examen, el saber cómo hemos sido calificados, y qué criterios se han seguido al respecto. Están realmente capacitados los miembros de un tribunal para esa tarea?, ¿por qué no son catedráticos especialistas en la materia los que componen un tribunal, sin duda más capacitados que simples profesores de Secundaria?

Nos centraremos en los acontecimientos acaecidos en Granada en las últimas oposiciones de Geografía e Historia, donde, a juicio de muchos compañeros opositores se percibieron manifiestas irregularidades, o en su caso, conductas que como poco, llamaron poderosamente la atención, concretamente en los tribunales 18 y 21 con sede en el IES Angel Ganivet.

En el tribunal 21, se observa, finalizado el examen escrito y una vez entregados los exámenes introducidos en su correspondiente sobre, sellado y firmado por un miembro del tribunal, como dicho miembro procede a marcar, con lápiz, las esquinas de algunos de los sobres entregados. También se observa, con estupor, como otro miembro de dicho tribunal queda con una opositora para darse noticias por teléfono en los días subsiguientes.

¿Cómo hemos de encajar esta situación de total falta de seriedad y justicia?

¿Qué defensa tiene un opositor ante esto?, ¿Cual es la actuación de los sindicatos, velan únicamente por los intereses de los interinos, sin tener en cuenta estos hechos? Y los demás, ¿en qué lugar nos situamos?

Como comprenderán ustedes, estimados lectores, la situación es bochornosa y a la vez frustrante, estamos «atados de pies y manos», manejados, sin defensa y sin capacidad de reacción. Como única solución, la impugnación de la oposición, que pocas veces, o ninguna prospera. Esto es lo que hay, toca callarse y acatar la situación o hacerse oír un poco, con la esperanza de que la situación cambie o se tomen medidas al respecto. María Elena Martín Guardia. Málaga

El Alcalde de Estepona pierde la guerra

Qué poca razón tenía que tener el alcalde de Estepona cuando utilizando todos los poderes que otorga el bastón de mando, no ha podido vencer a unos músicos que sus únicas armas eran unos instrumentos obsoletos y una escuela de ensayos en ruina.

Primero fue un juez quien dijo que los músicos que habían denunciado tenían que pasar a personal laboral del ayuntamiento, y ahora ha sido la inspección de trabajo quien obliga al ayuntamiento de Estepona a dar de alta en la Seguridad Social a todos los músicos de la banda municipal. Pero la verdad solamente tenía un camino, y es que los músicos llevaban muchísimos años trabajando para el ayuntamiento.

Pero la cabezonería de alguno va a traer más consecuencias, por lo pronto el ayuntamiento tendrá que pagar una multa de 300.000 €, y en el futuro seguro que saldrá condenado en costas en todos los juicios pendientes de celebrar. Lorenzo José Ramet del Pino. Málaga