¿Existía, en 1936, esa Tercera España de la que se habla tanto, y que habría quedado emparedada entre los radicalismos de ambas partes? Había, claro, gentes más radicales y menos, pero la polarización social, fruto de una lacerante desigualdad, dejaba poco sitio al centro. En aquella España las clases medias eran débiles cuando no inexistentes, y sin clases medias no hay soporte sociológico para la moderación. Por eso en la idea de la Tercera España tal vez haya bastante de invención histórica retrospectiva, de reescritura del pasado por la nata intelectual de las clases medias de hoy, tan poderosas que no admiten que en el pasado no existieran. Para mi lo más parecido a la Tercera España es el Rector Leopoldo Alas Argüelles, un moderado y culto universitario, creyente en Dios, el derecho, la familia, la protección de débil y la instrucción pública, al que Franco fusiló por rojo en 1937.