El diseño si no es sostenible no es diseño. Suena raro pero ya se empieza a decir. Porque diseño era toda producción que se hacía con novedad, ingenio, arte. Gustaba por si misma. Pero ahora parece que un Ferrari de esos que consumen sin tino ya no es diseño.

Raro pero verdad. Porque muchos han adquirido ya como base de su pensar que si no producimos a tiempo, o sea ya, una gran conversión a la lucha contra el CO2 la catástrofe nos destruirá. Lo han visto tan claro que todos los demás valores palidecen ante el de supervivencia. Tanto que muchos diseños buenos antes, ahora les han dejado de gustar. Si un producto no es sostenible, si no forma parte de las producciones que aún pueden librarnos de la catástrofe, ya no lo quieren, hasta lo odian. Porque han aprendido que la producción no sostenible, y aún queda tanta, se está convirtiendo en genocida para la mayoría de la humanidad.