En Madrid quieren hacer unos juegos olímpicos de bajo coste en 2020. ¿Funcionarán unos juegos sin el glamour de lo-último-en-todo? Esto iría a contracorriente del sistema, como los movimientos de bajo consumo o de tiempo lento. El sistema descansa en la progresión del consumo de cosas inútiles envueltas en glamour de novedad, para convertirlas a toda prisa en basura. La velocidad de sustitución de los bienes de consumo es la clave, como ya se ha escrito (Miseria de la novedad, 1993), y tanto la innovación como la moda alimentan esa pasión depredadora. Si se detiene el sobreconsumo se para todo, la economía se bloquea. Los economistas aún no han caído en que si está costando la salida de la crisis se debe a que, por primera vez, la gente duda de la religión del consumo. Si en Madrid hicieran su apuesta barata muy a fondo y con teoría habrían ganado una batalla moral, aunque perdieran.