Señor consejero:

Soy el padre de un alumno que ha obtenido este año uno de los premios extraordinarios de bachillerato que convoca su Consejería.

Estos premios ya de por sí son duros, (8,75 de media en bachillerato y media de 8 en cada una de las cuatro pruebas de que consta el examen, realizándose éste 4 meses después de terminar el bachillerato), pero si a eso añadimos el adelanto de la fecha en 10 días sin avisar, y la nula información sobre lugar y hora de la prueba, se convierte en una carrera de obstáculos.

A pesar de todo, mi hijo apareció premiado en unas actas provisionales que se colgaron en el centro donde se realizó el examen. Esto fue a primeros de octubre, pues bien, a partir de ahí no ha habido ningún tipo de notificación de su Consejería, ni siquiera para comunicarnos la fecha del examen para los Premios Nacionales de Bachillerato, al que no se ha podido presentar, y mucho menos de felicitación.

En alguna ocasión que he pedido información por teléfono, la respuesta ha sido «no sabemos si se hará algún acto» y «la dotación económica del premio no sabemos si se podrá pagar».

Pero esto no acaba aquí, la pasada semana me llamaron por teléfono desde la Consejería de Educación en Sevilla para comunicarme que la entrega de los diplomas de estos premios (no de la dotación económica), la iba a hacer usted, el miércoles 14 de marzo en Almería. ¡Qué manera más fácil de conseguir público, en plena campaña electoral! ¡Cómo negarse si son nuestros hijos!

Teniendo en cuenta que son alumnos de toda Andalucía, no se a quien se le ocurrió, que todos, niños (faltando a sus clases) y padres (faltando a su trabajo, el que lo tenga), dediquen su dinero y su tiempo en desplazarse a esta preciosa ciudad, en una punta de nuestra comunidad. Al día siguiente, me llamaron para decir que se había suspendido, que nos lo notificarían por correo electrónico (que aún no ha llegado), y el diploma se enviará por correo postal.

En estos momentos de crisis, puede parecer obsceno hablar de dotación económica, pero estos premios son lo único que organiza su Consejería donde se valora el esfuerzo en vez de la escasez de recursos o el chanchullo.

Acabo, aunque tengo muchas otras quejas con este asunto. Los andaluces estamos hartos de oír a los políticos hablando de planes de mejora del fracaso escolar, y del bajo nivel de nuestros estudiantes, y ahora pienso que eso es precisamente lo que están fomentando si su Consejería no es capaz, ni si quiera, de escribir una carta dando la enhorabuena a estos jóvenes andaluces extraordinarios.

No espero respuesta a esta carta. Andalucía imparable.

Un saludo.

Un padre muy molesto.

Carta abierta al consejero de Educación de la Junta de Andalucía. (Rafael Bermejo Pastor, Málaga)