Hace poco el presidente de una gran cadena de supermercados señalaba a los bazares chinos como ejemplo de trabajo y economía. De este modo, el «trabajar como chinos» ha pasado de ser paradigma de penuria laboral a modelo. Cuando un sistema económico y social triunfa en la competencia es cosa de tiempo que pase a ser visto como modelo, se reconozca o no. En China la prioridad no son los derechos laborales, ni la seguridad e higiene en el trabajo, ni el respeto al medio ambiente, ni los derechos del consumidor, ni el ahorro energético, ni las libertades sindicales, ni los controles de calidad. La prioridad es el incremento de la producción, el abastecimiento del mercado propio, la invasión del ajeno y la acumulación de capital. Así nació y se desarrolló un día el capitalismo en Occidente, y a ese pasado iremos volviendo poco a poco si Occidente no sabe defender lo que tiene.