El papa Benedicto XVI ha vuelto a arremeter contra el sacerdocio femenino.

No termino de entender como la Iglesia Católica mantiene aún entre sus más fervientes feligreses a las mujeres. ¿Se imaginan que un partido político se opusiera públicamente a que las mujeres pudieran desarrollar el cargo de diputadas¿ ¿Se imaginan qué sucedería si el alcalde de su pueblo no permitiera que las mujeres pudieran ser concejalas?

Siempre he creído, y a los hechos y argumentos me remito, que esa «fidelidad» no es por cuestión de fe, no, es miedo. La Iglesia Católica administró el miedo durante decenios en este país y eso aún cala. Las nuevas generaciones empiezan a ser más indiferentes, con esa indiferencia no terminan de mojarse en el asunto, y esto favorece a la Iglesia; y nuestras madres fueron cobayas de esa «inyección del miedo». He ahí el as en la manga de una Iglesia obsoleta y cruelmente retrógrada.

Sacerdocio femeninoFrancisco García CastroEstepona

En las elecciones generales de 2011 el PP obtuvo una subida pequeña, solo un 4% más de los votos obtenidos en 2004 (del 40,1 al 44,6); pero el PSOE, castigado principalmente por los recortes que hizo ZP, bajó un 15%, desde el 43,6 en 2004 hasta el 28,7% en 2011. A pesar de ser escasa su mejoría, el PP sacó mayoría absoluta por el gran castigo que sufrió el Gobierno y sobre todo al aplicarse la ley electoral, que beneficia a las mayorías.

Los españoles castigamos los recortes al PSOE y gracias a ello el PP saca su mayoría absoluta y dicen que hemos habilitado a Rajoy para hacer recortes, cuando ha sido todo lo contrario. Los andaluces con sus votos lo hemos expresado en las urnas: que no hemos dado a Rajoy esa legitimación que dicen los del PP sino todo lo contrario.

Primero castigamos a ZP por hacer recortes y ahora los andaluces castigamos a Rajoy por la mismísima razón. O sea que de recortes los justos.

¿Legitimación para hacer recortes?Pedro Gómez PalaciosTorrox Costa

Solo en Málaga nos manifestamos contra la reforma laboral en torno a las ochenta mil personas el 29 de marzo. Es un inicio, no el final de la reivindicación. De nada sirve protestar si no tenemos una alternativa a lo que no nos gusta. Los mismos que nos metieron en esta crisis económica que en realidad es una estafa se dieron cuenta de que el capitalismo tenía que reformarse de alguna forma y no continuar con su escalada de deshumanización y destrucción del medio ambiente, pero aquellos políticos tenían vendidos su espíritu y su cuerpo a auténticos diablos que necesitan víctimas humanas para seguir existiendo el FMI, el Banco Mundial y la Unión Europea.

El Gobierno asegura verse obligado a reducir gastos y a exigirnos que trabajemos más, mejor, por menos sueldo y con menos derechos laborales. No es necesario producir más porque ya tenemos demasiadas cosas inútiles que para colmo se estropean para que compremos un nuevo modelo que se supone vamos a necesitar como cuestión de vida o muerte, pero que no nos hará más felices, sino más dependientes de un sistema que nos inyecta, como si de una droga muy dura se tratara, más propaganda sobre la necesidad acuciante de consumir con o sin razón. No podremos trabajar mejor porque nos estresamos por ser más competitivos en un mundo que al parecer solo necesita más seguridad y menos inteligencia. Nos dicen que no se puede cobrar tanto y mantenemos demasiados políticos y sindicalistas inútiles si es que puede haber alguno que sirva para algo más que para tomarnos el pelo. Sobre los derechos laborales, pues se han perdido los que costaron tantos años de lucha y cárcel a tantas compañeras y compañeros.

Reformas parablesManuel BastazoMálaga