Volvió el Rey maltrecho de una cacería de elefantes en África, herido como un monarca sólo debería haber vuelto de unas Cruzadas, tal y como le recordó, con hiriente ironía, Sabino Fernández-Campo tras otro de esos accidentes reales.

Acabó de la peor manera la cacería en Botsuana y, ya en suelo patrio, comenzó casi al instante la cacería del monarca de España. A la cuadrilla que protagonizó la batida, se unió ayer, como primera escopeta del reino, Tomás Gómez, líder de los socialistas madrileños. Gómez disparó al Rey diciéndole que «debe elegir entre sus responsabilidades y la abdicación».

España estaba ayer muy nerviosa porque por la noche regresaba Buenafuente a la parrilla televisiva y como no había de qué reírse mientras tanto se pasó la mañana echándose unas risas por todo lo ancho y largo de internet a costa del monarca politraumatizado. Gracias a eso el argumento de Tomás Gómez sonó a manido cuando se escuchó. Era el mismo que había utilizado horas antes el periodista José Antonio Zarzalejos, exdirector de ABC, en un artículo colgado de una publicación digital. Decía Zarzalejos que «fuentes del entorno de la Zarzuela y de los principales partidos» recomendaban a Juan Carlos de Borbón que eligiera entre «las obligaciones y servidumbres de la Jefatura del Estado y una abdicación que le permita disfrutar de una vida diferente».

Menuda balacera contra el monarca, oigan. Y luego dicen que no nos gusta la caza mayor. Un día después del aniversario de la proclamación de la II República, hasta el exdirector de ABC se atrevía a disparar contra el Rey. Y con un calibre que seguro no hubiera utilizado cuando estaba en ese periódico cuyas grapas, por cierto, están hechas del mismo metal con el que se fundió la corona de los borbones y hasta de los Tres Reyes Magos.

En el artículo no sólo había crítica política de grueso calibre, sino también una cuchillada cortesana, de ésas mortales que se da un embozado caballero en un rincón de palacio y como quien no quiere la cosa. Cito textualmente lo que escribió Zarzalejos: «De hecho, según fuentes de toda solvencia, Don Juan Carlos se encuentra abrumado por los problemas familiares» en alusión, no sólo a la delicada tesitura en la que le han dejado los duques de Palma, sino también por el público y notorio fracaso de su matrimonio con doña Sofía, de la que vive prácticamente separado.

Su estrecha e íntima amistad con Corinna zu Sayn-Wittgenstein ha dejado de constituir un rumor para convertirse en una certeza, hasta el punto de que existe ya documentación acreditativa de que acompaña a don Juan Carlos en viajes al extranjero y asume funciones de representación oficiosas. El apartamiento de la infanta Cristina de los actos oficiales y protocolarios, y la ruptura del matrimonio de los reyes, ha convertido a la familia Borbón Grecia en «desestructurada y mal avenida, con frecuentes enfrentamientos más o menos explícitos», según fuentes de su entorno».

Como acaban de leer, esto se ha convertido en un auténtico safari. Cúbranse.