La asamblea general de Unicaja de mañana sábado se presenta movida, no tanto por el informe económico de 2011 que allí se apruebe sino por las protestas anunciadas por los sindicatos CCOO, Csica y Secar, que critican la propuesta de rebajas salariales del 10% y suspensión de las aportaciones al Plan de Pensiones que se manejan para la integración con el banco Ceiss de Caja España-Duero. Los sindicatos –que suman el 78% de la representación, ya que el único que no se ha adscrito a las protestas es UGT– pretendían que Unicaja aceptara prejubilaciones para los 700 trabajadores que superan los 55 años y se comprometiera a no tocar los sueldos.

La entidad, por su parte, alega que el acuerdo firmado hace un año por el que se traspasaba la plantilla desde la caja a Unicaja Banco ya señalaba que, en caso de fusión, las negociaciones se realizarían en la mesa laboral conjunta. Por decirlo más claro, que Unicaja no está obligada a negociar en solitario con sus trabajadores, ya que aquel «Acuerdo Laboral de Integración en la Entidad Bancaria a constituir por Unicaja» de mayo de 2011 remite, en caso de fusión, a negociar junto a la otra entidad, en este caso Ceiss.

Es cierto que Caja España-Duero sí está manteniendo una mesa laboral propia con sus trabajadores de forma previa a la fusión, pero se debe a que sus empleados parten de otras condiciones que incluyen, entre otros elementos, salarios algo más altos que los de Unicaja que hay que corregir. Por lo que en realidad, esa mesa supone para la plantilla de Ceiss un tijeretazo previo a sus condiciones laborales –se ha hablado de una media de hasta el 25%– antes de sentarse a hablar en la mesa de la fusión.

Viabilidad, divino tesoro. En todo caso, los sindicatos de Unicaja –que lógicamente defienden los intereses de los trabajadores– se aferran a que en su día se habló de una «garantía de empleo y respeto a los derechos adquiridos», algo que entienden ahora vulnerado en aras de la viabilidad de un proyecto empresarial de fusión del que todavía, afirman, desconocen los detalles económicos.

El tema, la verdad, es bastante complicado y demanda comprensión por parte de todos. Los presidentes de Unicaja Banco y Ceiss, Braulio Medel y Evaristo del Canto respectivamente, deben tratar el tema con delicadeza, mientras que los sindicatos tampoco deben radicalizar posturas. Hablamos de 9.300 empleos entre ambas entidades –repartidos casi a la par– y de un excedente cifrado para la viabilidad de la fusión de entre 1.000 y 1.800 empleos, dependiendo de la citada reducción de sueldos. Todo eso habrá que arreglarlo pronto, dado que la fusión debe quedar formalizada ante el Ministerio de Economía y el Banco de España para inicios de otoño, según avanzó el propio Medel hace unas semanas.