Miles de personas secundamos el día 20 de junio la concentración contra los recortes en el sector público en Málaga.

Mientras recorría el túnel que desemboca en la Plaza de la Merced, envuelto en el estruendoso ruido de bocinas y gritos de protesta, sentí que se representaba una escena metafórica de la cruda realidad que vivimos.

Miles de familias trabajadoras avanzábamos hacia la luz por un túnel oscuro. Y pensé que la esperanza es lo último que se pierde. Y que unidos podemos alcanzar nuestros objetivos en mejores condiciones.

Aquel túnel estaba pariendo miles de esperanzas, de conciencias, de voluntades de lucha por la defensa de una mayor justicia social. Siempre hay alternativas.

Y al final del túnel… la luzJosé Luís Fenech CuadrosTorrox

En el año 2002, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, advirtió al Gobierno de Aznar, con Rajoy como vicepresidente primero, Rato como vicepresidente Económico y Montoro creo que como secretario de Hacienda, de que la deuda privada era excesiva, que la burbuja del ladrillo era ya peligrosa. La respuesta de Montoro fue que se trataba de un círculo virtuoso, o sea, que a más construcción más industria auxiliar, más trabajo, más capacidad de compra, más ingresos por impuestos, lo que permitiría más construcción, y así sucesivamente. El sucesivamente, acompañado del egoísmo humano, nos llevó a la especulación salvaje y las obras faraónicas.

El problema de los bancos españoles se debe al grandísimo lastre del ladrillo y a la sobrevaloración que se hace del mismo. ¿Cómo podemos fiarnos de un banco que dice ganar 300 millones de euros y a los tres meses resulta que ha perdido 3.000? El problema ahora es que no tenemos credibilidad y nos exigen auditorías externas independientes y la prima de riesgo bate récords.

La tremenda crisis que padecemos tiene su origen en el endiablado «círculo virtuoso» que en 2002 defendía Montoro. Mejor que se calle y no trate de justificarse con la herencia recibida, que es la suya.

La herencia recibidaPedro Gómez PalaciosTorrox Costa