Lo imposible, la película, lo ha logrado. Un proyecto de un españolito como es Juan Antonio Bayona avanza imparable derribando las murallas de la historia económica del cine y, tras convertirse en la película española más taquillera, ahora ha conseguido nada más y nada menos que superar en recaudación al mastodóntico Titanic de James Cameron, tras cinco semanas en el número uno de la taquilla de nuestro país.

Pero el cineasta catalán no es el único que está alcanzando lo imposible en este 2012. Un gallego lo está petando. Mariano Rajoy Brey ha logrado, está logrando, en apenas un año y poco de mandato, poner de acuerdo, sector por sector, a toda la sociedad española. Cuando no son los jueces y abogados, son los profesores y maestros los que salen a la calle para clamar contra la política del Gobierno. Cuando los funcionarios de la sanidad pública esperan, como los enfermos en los centros hospitalarios, pacientemente su turno para ocupar la calle y gritar contra el ajuste sanitario, es porque le toca a la ciudadanía de a pie manifestarse rodeando el Congreso, abrazándolo y, posteriormente, disolviéndose a golpes de una policía que, déjenme ver el calendario... sí, efectivamente, le toca salir a protestar en un par de días.

Muchas manifestaciones y protestas y una misma voz. Pero lo más acongojante (no me gusta este palabro, pero el que rima es políticamente incorrecto) de todo el asunto, es la habilidad del señor presidente del Gobierno de España de no dar respuesta a la mayoría de las preguntas que se le plantean. Que esa constante en la oposición se haya hecho política en el poder ya tiene delito, pero lo más asombroso del asunto es que nosotros, los periodistas, que también estamos en el cuadrante de manifestaciones y protestas desde que comenzó 2o12, asumimos como normal ruedas de prensa sin preguntas; esas preguntas sin respuesta o con circunloquios más que gallegos en los que las palabras de Rajoy son un artificio de respuesta que, al poco, se diluyen para dejar como poso un folio en blanco; o la eterna ausencia del presidente electo tras cada Consejo de Gobierno en el que la vicepresidenta anunciaba, una tras otra, medidas de ajuste que van dejando el cinturón del españolito medio como un queso gruyere, que dicen que tiene muchos agujeros.

Si a lo largo de este 2012 ha habido un momento en el que me he dado cuenta de que este hombre estaba haciendo algo grande, tendría que señalar el 24 de octubre de 2012. Un día trágico, otro más, para la profesión periodística en mi Cádiz natal, me encontraba yo en el cine cuando a pocos metros se disputaba un histórico Málaga-Milan de Liga de Campeones, porque algo tan cotidiano como ver una película en pantalla grande se ha convertido en artículo de lujo en mi economía doméstica. Yo, que me dejo las córneas viendo la máxima competición continental... adivinen qué película vi. Enhorabuena Mariano, has logrado lo imposible.