Señor presidente

Estoy seguro de que usted está trabajando por el bien de todos los españoles y de que lo está haciendo lo mejor posible. Yo le doy mi apoyo, mi paciencia, mi trabajo y mi creer en usted. Usted es el único que nos sacará de esta, nadie más.

Una vez establecido ese nivel de confianza, sepa usted que los de a pie nos perdemos cuando no vemos que haya reacciones fuertes contra la clase política y recortes que no solo afecten al ciudadano. ¿Por qué yo he de trabajar hasta los 67 años para cotizar toda la seguridad social y los diputados no? ¿Por qué no se recortan organismos innecesarios y en muchos casos duplicados o triplicados? ¿Por qué no se les obliga a las diferentes comunidades a cerrar sus embajadas y canalizar sus acciones por oficinas de las embajadas de España? A estos temas y muchos más no soy capaz de darles respuesta y me siento frustrado.

Yo debo dinero a la Seguridad Social, soy autónomo, me parto la cara para poder pagar esa deuda y otras que tengo, trabajo con tesón y cuando leo que el bar del Congreso está subvencionado, me pregunto si de veras merece la pena todo el esfuerzo que hago; cuando leo que el Gobierno de la Comunidad Andaluza ha abierto un centro de entendimiento palestino-andaluz o ha dado unas subvenciones para limpiar un río en Marruecos o para unas playas en Costa Rica... ;e dan ganas ya de no pagar nada y de entregarme en comisaría y decir que no voy a volver a pagar un duro y que hagan conmigo lo que quieran. Decía Juan Belmonte que para ser torero primero hay que parecerlo; yo le conmino a usar el dinero de todos los españoles con cabeza, quitando subvenciones sin sentido, haciendo cumplir la ley para todos y a recortar los derechos y disfrute de todos ustedes, pues el que le hayamos elegido no es un privilegio, es un honor y un deber hacia todos nosotros que ha de asumir con responsabilidad y cabeza. No más palabras, acciones.

Jorge de Juan Aracil Parra. Málaga