El demonio se ha vuelto a poner bastante de moda, y no es posible obviarlo. El supuesto exorcismo del Papa a un fiel ha sacado a la luz a los exorcistas en plantilla, y al mismo tiempo parece remontar el satanismo. Yo creo que el demonio, si es que podemos llamarlo así, está en nosotros, pero en distintas cantidades, pues al fin y al cabo no somos más que mezclas químicas de diversa proporción en sus componentes, que son las que nos hacen individuos. Algo así. El demonio sería una sustancia que hemos dejado enterrada a través de la propia evolución que nos ha venido convirtiendo en humanos. Un componente con algo de naturaleza primaria, salvajismo, antiguos credos y violencia originaria, y bastante de represión de pulsiones elementales. Vamos, el fondo de armario, que a ratos aflora y nos demoniza. Cuando Darth Vader le dice a Luke Skywalker «soy tu padre» se acercaría bastante.