Muy mala noticia para la sociedad malagueña. No sólo para el mundo del deporte. El Málaga no estará en Europa la próxima temporada. El TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) confirmó ayer la sanción impuesta por la UEFA que castiga al club de Martiricos sin poder disputar competición europea, una clasificación que el Málaga se ganó merecidísimamente en La Rosaleda y en los estadios de toda España, quedando sexto, y que pierde ahora en los despachos. Además, penalización económica: 300.000 euros. La sentencia es injusta porque no aplica la misma vara de medir que a otros clubes de fútbol españoles que también tienen deudas. O padecen problemas financieros o burocráticos. No es de recibo, porque no tiene precedentes. Recordemos además que han sido siete los equipos españoles que han tenido la amenaza alguna vez de un año de exclusión. Sólo con el Málaga se ha sido tan contundente. El Málaga ha recordado que a comienzos de año recurrió ante el TAS y entonces la Federación Española, siguiendo con los parámetros establecidos por la UEFA, confirmó que la solicitud de licencia UEFA del club era aprobada. Por tanto, se entiende aún menos el fallo de ayer. Supone un mazazo para una afición que no se siente ahora ni respetada ni bien tratada. La UEFA, en el colmo del paroxismo y la imparcialidad, mostró ayer su «satisfacción» por la sentencia, que Vicente Casado, director general del club, calificó con tino de «política» y extradeportiva. Casado resumió el estado de ánimo de la familia deportiva malagueña al señalar que el club, en realidad una institución, está «indignado».

Llegados a este punto no se trata de ver conspiraciones, pero sí hay que denunciar un proceso contra el Málaga que no ha tenido las garantías mínimas. Ni la transparencia deseada ni mucho menos equidad. De poco ha valido la temporada de ensueño realizada. Con todo, sería deseable que ahora la respuesta de los propietarios del Málaga fuese la de cumplir escrupulosamente con todos los compromisos económicos con Hacienda y con cualquier otro organismo público o privado.

En un extraño pero saludable caso de unanimidad, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación Provincial -que además son propietarias del estadio- han cerrado filas y al unísono han lamentado la decisión del TAS. Injusta, incomprensible y decepcionante fueron algunos de los adjetivos vertidos en las redes sociales o en comunicados por representantes de las citadas entidades. Sin duda, canalizaron el malestar ciudadano. También jugadores como Isco reaccionaron airadamente y cargados de razón y rabia. Desolación. No faltó la solidaridad de personalidades relevantes y conocidas de muy diversos ámbitos profesionales y procedencia geográfica. También, de miles de ciudadanos anónimos. Con tristeza sin embargo, pudimos contemplar en esas mismas redes sociales estrambóticos argumentos no deportivos o cargados de insidias, envidias cuando no xenofobia e insolidaridad.

Ante este laudo del TAS cabe la posibilidad de recurso ante la jurisdicción ordinaria, recurriendo al Tribunal Federal de Suiza. Opción que ha sido descartada en un principio por el club malagueño, ya que la resolución se dilataría demasiado y llegaría con la Europa League iniciada.

La noticia del TAS llegó en una jornada en la que se anuncian novedades en el cuerpo técnico y la salida de Mario Husillos de la dirección deportiva. El versátil Schuster se perfila como el nuevo inquilino del banquillo malaguista. Es un profesional del fútbol de contrastada experiencia y gran renombre. Ojalá sean un impulso para el Málaga, para espolear a su afición y masa social. Esperemos que estas noticias sirvan para animar a una provincia toda que se siente agredida pero que en absoluto debe ser ajena a la ilusión que un gran equipo cargado de historia y representatividad ha de albergar para que este trance pase cuanto antes y el Málaga, libre de arbitrariedades, vuelva a ocupar el lugar que deportivamente le corresponda.

Ahora le toca al propietario del Málaga, el jeque Al-Thani, mover ficha y explicar de viva voz cuál es el proyecto del Málaga, qué hay detrás de su enfrentamiento con las autoridades y despejar cualquier duda sobre el futuro de un club que se ha ganado en el terreno de juego el respeto de toda Europa menos de la UEFA.