La geografía, manda en todo, y eso al final consuela, porque es la que nos mantiene en contacto con la tierra. Antes se hablaba de geografía física, humana y política, una buena división para entendernos, aunque al final se trate de lo mismo. En España la gran geografía política es la que permite distinguir las provincias, las naciones y Madrid. El depósito de sentido común ha estado siempre en las provincias, como diagnosticó Ortega en un texto del que sólo guardo en la memoria el destilado. La gran ventaja de Rajoy es que es un hombre de provincias. La derecha mediática es sobre todo madrileña: respira por el pulmón de sus lectores de Madrid, que son los que tiene a la vista y al oído. Ese funcionamiento en circuito cerrado da lugar a que se crean a pies juntillas su propio discurso, y a que piensen que España es Madrid, y Madrid España. Menos mal que los votos siguen en la geografía.