Decía uno de los personajes de la conocida serie Juego de Tronos que pese a ganar todas las batallas al final estaba perdiendo la guerra. Era un rey, para ser más concretos. Es lo que ocurre cuando los golpes de efecto y las victorias efectistas esconden una falta de estrategia global. Al Gobierno del PP, curiosamente, le está pasado lo contrario, estando aún por ver si, tras los tortazos que se está llevando el ciudadano, el camino lleva finalmente al triunfo. Puede que al final este Ejecutivo consiga colocar al país en situación de salir de la crisis (ojalá lo haga); sin embargo, vende tan mal sus iniciativas y recorta de forma tan poco decorosa en cuestiones sensibles que a la mayoría le queda la sensación de que vamos, derrota tras derrota, camino del desastre. El último ejemplo es la reforma de las pensiones, con ese ridículo 0,25% de subida que en Málaga supondrá que en 2014 nuestros pensionistas dejen de ingresar 20 millones de euros. Dicen los expertos que, efectivamente, hay que cambiar algo (o mucho) en nuestro sistema si queremos garantizar el futuro de las pensiones pero precisamente por ser un tema de tanto calado, se echa de menos que el Gobierno no haya buscado antes de presentar su proyecto un mayor consenso político y haya tirado de pedagogía para ganarse al ciudadano. Eso por no decir que entre subir las pensiones con el IPC y establecer que suban sólo un 0,25% cuando se crea conveniente hay un mundo. Quizá no para el Gobierno pero sí para los nueve millones de pensionistas españoles -240.000 en Málaga- a los que 10 euros más o menos al mes les suponen tantísimo.

Pero no es sólo a los jubilados y al resto de pensionistas a los que el Ejecutivo tiene descontentos. Los empresarios también están que trinan con los Presupuestos Generales del Estado de 2014 que para Málaga sólo contemplan 188 millones de euros de inversión y siguen aplazando infraestructuras básicas de futuro. Los constructores no se cansan de recordar que por cada 600.000 euros invertidos se generan 10 empleos directos y 6 indirectos; y que además las arcas del Estado recuperan un 50% a corto plazo a través del aumento de la recaudación fiscal y un 80% a medio plazo. Que el PP de Málaga culpe de la poca inversión a la falta de proyectos de anteriores etapas es un argumento tan irrisorio que mejor no comentarlo. Lo cierto es que el Gobierno parece esta aplicando aquella máxima maquiavélica de «el fin justifica los medios» para sostener su política de tijeretazo y tentetieso. Puede que al final Rajoy pueda presumir de que salimos de la crisis (ya jalea la pequeña subida del paro en septiembre). Pero cuidado, no vaya a ser a coste de una victoria pírrica, esa que consiguió el rey de Epiro sobre los romanos a costa de perder miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al ver el resultado dijo: «Otra victoria como ésta y me quedo solo». Pues eso.