En Sevilla se ha estado hablando en las últimas semanas de una pequeña revuelta protagonizada por una parte del PP, principalmente por lo que toca a Cádiz y a Málaga. La alarma se encendió en esta parcela, con claro riesgo de contagio a las presidencias provinciales de Huelva, Granada y a la fiel Almería de Arenas, cuando se olió la intención de Zoido de proponer como candidato a las elecciones andaluzas a su paisano José Luis Sanz, secretario general, a su vez, de este partido.

El riesgo evidente de polarización de poder en el extremo occidental de la comunidad, en la capital andaluza, es lo que ha prendido la mecha del descontento, una minicrisis cuyo trasfondo es la ausencia inaudita de liderazgo en un partido que ganó las última elecciones elecciones andaluzas. Los señores de Hispalis, percatados de que en Madrid no se tiene prisa para elegir candidato, se han adelantado a mover ficha. Como respuesta, el siguiente movimiento lo plantea Málaga, que baraja la carta del secretario de Estado malagueño Juan Manuel Moreno Bonilla, con un perfil político paralelo al de la presidenta de la Junta, Susana Díaz. Ésta ha iniciado una carrera al trote hacia los próximos comicios y ya está mostrando decisión y acierto en sus intervenciones, a pesar de que hasta hace nada era un nombre prácticamente desconocido fuera de los dominios sevillanos. Ante su partido ya se ha manifestado como alguien que quiere adelantar por el arcén a las viejas glorias rubalcabescas y en provincias está dejando un rastro de buenas maneras, como la última vez que estuvo en Málaga para desbloquear la farragosa obra del metro. Ya es la dueña del escenario.

Al alimón, el jefe de los populares de Málaga, Elías Bendodo, ha provocado un medido seísmo al dejarse ver de cháchara junto a Rajoy en los asientos del avión que los trajo de vuelta desde Buenos Aires el mes pasado cuando Madrid perdió su oportunidad de organizar los Juegos Olímpicos. Aparte de la previsible conversación sobre la actualidad deportiva, abordaron la situación del partido en Andalucía. Ante las preocupaciones de los malagueños, Rajoy le pidió paciencia. La última palabra la tiene él y todavía no toca resolver el enigma del futuro candidato, consciente de que la presidenta andaluza pretende agotar la legislatura. Eso le vino a decir, y de hecho, la encargada de mover estos hilos, Dolores de Cospedal, calmó las aguas el pasado martes en Jaén a pesar de su consabido respaldo a Zoido, con ocasión de un encuentro con los presidentes provinciales andaluces del PP. El mensaje fue que aún no hay nada decidido, en la misma línea que marcó Rajoy. Así, puso el cuentakilómetros a cero. Una tregua oportuna, que sin embargo ha tenido una derivada imprevista en boca de Moreno Bonilla. La presión que le atenazaba doblemente desde la impaciente Sevilla y por las órdenes de Madrid que, de momento, no quiere ni un ruido con este tema, le llevaron a realizar esta semana que ya acaba, unas declaraciones apresuradas en el sentido de que no pretende ser candidato a la Junta, que su cabeza está ahora en los Presupuestos. Ha ganado tiempo, ha huido momentáneamente de la quema que pretendía el zoidismo para despejar el camino a sus pretensiones, aunque el método haya sido un tanto vehemente.

Sin embargo, en el PP nadie cree en una retirada del tablero por parte del malagueño. Bonilla tiene apoyos principales, simpatías, como el de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su amigo Jorge Moragas, leal escudero de Rajoy. Es probable, presumen en su entorno, que enseñe sus cartas en las semanas previas a las próximas elecciones al Parlamento Europeo de finales de mayo.

No obstante, antes de este envite, tendrá que salvar un serio obstáculo. Asistiremos a un capítulo, que se espera determinante, a principios de noviembre próximo. El Partido Popular ha elegido Córdoba para la reunión de su Interparlamentaria, un foro que reúne a diputados y senadores del partido de toda España. Allí, se espera la participación del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y quizá se aborde la elección del posible candidato a la Junta. Precisamente, el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, figura también en las quinielas como uno de los posibles aspirantes. Hasta entonces, calma chicha mientras se afilan las dagas.