Si no fuera porque lo sucedido es demasiado penoso y totalmente cierto, parecería una peli española de los sesenta. Un centenar de jóvenes se marcha a Alemania tras agotar todas las opciones aquí y se encuentra con una estafa, sin alojamiento, ni trabajo. Tan sólo con un cursillo acelerado de alemán seguido en España semanas antes de la marcha. Tal vez lo preciso para explicarle al funcionario germano de turno su dramática situación. Y para continuar con el estereotipo alemán, como si la peli española continuara, el Gobierno de Merkel se moviliza al segundo para compensar el pufo de los compatriotas que engañaron a los españolitos. Hablan con posibles empresas contratadoras y, sobre todo, dan la cara en vivo y en directo ante los afectados. Marcando la diferencia. En España, el ministro o consejero responsable les hubiera atendido por videoconferencia tras requerirles el correspondiente funcionario una montaña de papeleo para justificar su situación. El penúltimo gesto de los bávaros ha sido un adelanto de 50 euros para que todos los afectados aguanten hasta encontrar un trabajo. La orgullosa Alemania no puede dejar volver a los españoles sin una solución. O al menos sin que parezca que están intentándolo. De momento, el malagueño afectado por la estafa, Álvaro Cortés, ya ha firmado su contrato de trabajo en un hotel. Final feliz para la historia.

Una película que podría llamarse La estafa y cuya precuela tendría que incluir las penurias de unos cuantos personajes que explicarían el por qué decidieron vivir la aventura alemana. Tal vez un médico hastiado tras años de estudios y esfuerzo y con un contrato por días con un salario de risa. O también podría reflejar a un investigador que pasó los mejores años de su vida en un laboratorio universitario hasta que el dinero dejó de llegar y los experimentos quedaron sobre la mesa. Puede que en la expedición alemana fuera incluso algún estudiante de esos que ya no tienen beca ni ningún mecenas que los proteja. Estafa tras estafa con el argumento de la crisis y la necesaria recuperación de la economía española. Y, mientras, como víctimas, miles de estafados que se preguntan si esto es la recuperación, qué vendrá después. Fin.