En una semana perfilada por el verde, una marea contrapunteada quiere neutralizar el proyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), con el objetivo de contrarrestar las políticas formativas del Gobierno, en vísperas de su aprobación. Esta huelga general convoca a alumnos, padres y profesores en frente común ante lo que se ha diagnosticado como «La ley educacional más ideológica y retrógrada de la democracia». ¿Se escucharán las voces de los verdaderos protagonistas?

Mucho estrépito en este octubre que se dibuja cultural por su tradición otoñal. Hace unos días, el barbullo de abogados, tan frecuente en la última época, se tornó en regocijo en el Teatro Cervantes, con la representación de la obra Ruidos en la Casa, que la compañía teatral de este Ilustre Colegio presentó de forma magistral. Los actores-letrados, con una puesta en escena brillante, reintegraron la equidad a un público que volvió a vislumbrar la justicia del júbilo.

Y con entusiasmo pude conocer al gran narrador, ensayista y poeta Antonio Hernández. A este preclaro creador le fue otorgado el pasado viernes el IV Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija, que concede la Asociación Colegial de Escritores de España (Sección Autónoma de Andalucía). Mi encuentro con la persona -que no con su obra- se produjo entre un juego de espejos: primero, en el salón que refleja los grandes actos que se celebran en el Consistorio. Más tarde, acariciando la luna que de Arcos de la Frontera se había trasladado a su Málaga de Moscatel -donde Antonio quiso recoger tal distinción-, entre encajes acristalados, reconocí, junto al mar que quiso ser noche de campanas, al alma total de poeta. Y reposo releyendo tu Nana de lágrimas con el anhelo del reencuentro: «Desandaría el tiempo€». Gracias, Amigo.