Eternidad sin complejos

Hoy día mucha ciencia reniega de la eternidad personal. Creencia superada dicen.

Pero estos días vivo la sensación de haber descubierto la eternidad después de muchos años. Lo que hoy me apasiona a mis 81 años es adivinar lo que me va a pasar después de mi muerte. Es mi búsqueda. El interés que me mantiene vivísimo. Batallando con las dudas y superándolas a mi manera.

Quiero contarlo por si sirve a tantos de mi quinta que veo como tristones por la calle.

Estoy ahora convencido de que seguiré viviendo después de mi muerte.

Sentirse eterno es saberse inimaginablemente importante.

Supone exagerar e inflar sin límite los deseos, las esperanzas, los sueños, las expectativas anteriores.

Supone que la palabra paz se quede corta en «descanse en paz». Hay que quitarle todo lo que tiene de inactividad, de ralenti, de dormición. Después de la muerte la paz estará acompañada de mucha actividad vital. Eternos estaremos supervivos, amaremos entrañablemnte

Sabernos eternos aumenta sin límites el interés por cada humano y el deseo de luchar contra el sistema actual que destroza a muchos eternos.

Pablo OsésFuengirola