Hablar español con propiedad

El hecho de que nuestro idioma, llamado español, presente como características que lo distinguen de la mayoría de las restantes lenguas un sistema vocálico simple y que la pronunciación coincida con la grafía puede dar la engañosa impresión de que es fácil dominarlo. Nada más lejos de la realidad. Para confirmar mi aseveración, no hay nada más que reflexionar en torno al enorme caudal léxico que atesora (y nunca mejor dicho) nuestro idioma en todas las latitudes donde es hablado. Por no hablar del incalculable valor de la literatura hispánica de aquende y allende el Atlántico. En tiempos banales como los que corren, de colegios bilingües(?), faltas de ortografía y morfosintaxis a gogó, extrema penuria verbal, «políglotas» que saben 20 o 30 palabras de muchos idiomas, ataques a la lengua de Cervantes dentro de la propia España etc., es de la más recomendable, para un español que se precie, esforzarse por aprender un poco más de su idioma cada día, pues es de paletos y papanatas alardear de conocimientos chapuceros de lenguas foráneas y hablar y escribir pésimamente la lengua española, de belleza y sonoridad sin par.

Antonio Romero Ortega. Málaga

El tanque antimanifestantes

Aprovechando la época más eficaz al respecto, el Gobierno nos está preparando otra ducha de agua fría contra nuestros bolsillos y libertades. Y, para que nos conformemos, el Ministerio del Interior acaba de encargar «el arma más siniestra» (Yahoo dixit) de la policía: un tanque que lanza una ducha de agua fría a presión contra los que protestemos, como los que utilizaba Franco, descartados por su peligrosidad, superior a la de las pelotas de goma, por la democracia que habíamos empezado a tener entonces. Es lógico pensar que los principales «beneficiarios» de esa nueva inversión antidemocrática con nuestro dinero contra nosotros mismos seremos los que vivimos en Madrid, recientes destinatarios de la enormes duchas de agua fría oficiales de los Juegos Olímpicos y Eurovegas (intentos tan costosos como, por fortuna, fallidos). Pero la Generalitat catalana ya tiene encargado antes otro tanque antimanifestaciones para frenar a los que, sin esperar al paraíso independentista que les promete, protestan ya contra los aún mayores recortes económicos y de libertades que sufren ya ahora que en el resto de España.

Luis Serrano Rubio. Málaga