¿Cuánta desigualdad soporta una sociedad sin perder la cohesión? Sólo se puede responder por el procedimiento prueba-error, propio de la ciencia, y ahora estamos en pleno experimento en Europa. Cuando el muro de Berlín separaba dos modelos de sociedad, el pujante capitalismo pagaba a sus obreros un sobreprecio para verse libre de la amenaza del comunismo. En versión española se lo escuche hace más de un tercio de siglo a un comunista de base, cuando Santiago Carrillo justificaba la ruptura con Moscú: «¡Pero si nos habíais dicho que si no fuera por la Unión Soviética no cobrábamos ni los puntos¡» (un suplemento salarial de la época). Había tanto miedo en Occidente que el sobreprecio era alto, aunque en España menos, pues la represión política hacía el trabajo. Ahora el sistema esta midiendo cuál es la tolerancia social a la explotación. Son experimentos químicos de alto riesgo.